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Estudio busca ciclistas curiosos para monitorear la calidad del aire

Por Michelle Raposo

Hay un enemigo invisible en las calles, y un grupo de investigadores quiere saber cómo afecta el día a día de los ciclistas. Para eso, buscan voluntarios que se quieran sumar al estudio “Me muevo por un Santiago más limpio”. 

Son dos los objetivos principales del piloto, que con los datos recopilados busca encontrar financiamiento y seguir expandiendo su alcance. 

El primero, es tener una idea de la contaminación del aire y el material particulado en las ciclovías y rutas de los ciclistas. “Eso es lo que vamos a estar monitoreando en las bicis, particularmente ese contaminante que es un polvo muy, muy, muy fino, que es producido por reacciones químicas. No necesariamente es el polvo del suelo, sino que tiene más que ver con reacciones químicas, entre lo que producen los autos, lo que producen los árboles, y una serie de asociaciones que ocurren”, explica Francisco Diez, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo, quien se encuentra realizando el estudio junto a Ignacio Fernández, biólogo de la Universidad Adolfo Ibáñez (y también ciclista). 

La segunda meta es “ojalá lograr un engagement, una complicidad, sobre todo con ciclistas urbanos, como socios de esto. Que se apoderen, que tengan preguntas desde la curiosidad, que ojalá esto genere preguntas que nosotros podamos intentar responder en el proyecto”, agrega el ingeniero. 

No es la primera vez que Francisco realiza estudios con este tipo de sensores, que están hechos para usarse en movimiento. “Tenemos una buena experiencia, hemos hecho este tipo de experimentos, pero con caminantes en Coyhaique y Santiago Centro, pero no con ciclistas. Yo soy ciclista, me gusta mucho. Vengo más del touring cycling, de llevarme la carpa conmigo”.

Uno de los bichitos que tenía el ingeniero era realizar este estudio en Patagonia, especialmente por el problema que se genera en invierno, “que por un lado se quema mucha leña y por otro lado hay algo que se llama capa de mezcla que es donde el aire, los contaminantes se mezclan y en invierno eso baja mucho, se acerca mucho a la superficie del suelo, entonces eso nos genera problemas de salud”. 

Con la información pudieron detectar los hotspots, o zonas calientes de la ciudad, con más presencia de este elemento. “Eso por el lado más técnico, y por el lado más social, la gente se engancha muchísimo. Esa conversación que se da cuando a alguien, por un lado, le interesa el tema, pero tampoco conoce mucho y salen ideas re interesantes de ahí. 

“Necesitamos que la gente se mueva más en bici, y para eso también que la calidad del aire mejore. Aunque la gente no le presta mucha atención, es algo que pasa un poco desapercibido”, señala Francisco.

Una de las razones de esto, es que la contaminación del aire prácticamente ni se ve, al contrario de la que se encuentra en el suelo o el agua. “Imagínate que es prácticamente intangible, pero sin embargo es la principal causa ambiental de muchos problemas, no solo de muertes, sino también de enfermedades”.

Hay muchísima evidencia de los múltiples efectos que tiene en embarazos, enumera Francisco: en el aprendizaje de los niños, en el estado cognitivo de los adultos, en la salud digestiva, la composición de los huesos y el paso precoz a la adolescencia, por nombrar algunos. 

En el caso de los ciclistas, hay que sumar el factor que van un poco más exigidos, lo que implica “más respiraciones por minutos. Entonces, nos afecta de forma directa, y al mismo tiempo uno ve cada vez más autos”.

El ideal es que los participantes se muevan por un mes con los sensores, “y cada vez que se van a trabajar, lo lleven consigo, desde que salen de la casa hasta que llegan al trabajo, y esa recolección de datos es lo que después vamos a usar nosotros para informar, no solo a los ciclistas, sino también a la gente en general”.  

Los postulantes interesados, tienen que considerar recorridos semanales de más de 30 kilómetros. Que, si los dividimos por los días hábiles, serían como 6 km por día, lo que puede ser un trayecto de ida y vuelta de 3km cada uno.  

Para obtener datos variados, también se buscan ciclistas de todas las edades y lugares de la ciudad. También hace un llamado a que más mujeres se sumen. “Ojalá tengamos una buena paridad entre mujeres y hombres. Hasta ahora son 70% chicos y el resto chicas, entonces estamos como un poco desbalanceados”.

Tan importante como eso, “es que estén pilas, que se involucren, que les interesen las cuestiones medioambientales, pero más que eso que sean curiosos. Lo que queremos son preguntas, queremos el feedback. ¿Para qué me sirve a mí? ¿Cómo me va a modificar el día si yo tuviera uno de estos sensores para todos los días de mi vida? ¿Qué tipo de mejoras puede hacer la ciudad en función de la información que estamos juntando? ¿Si mi mamá no anda en bici, se puede nutrir de esta información? ¿Le sirve de algo? Que la curiosidad nos inunde de preguntas y sugerencias. Eso es como el corazón de este estudio”. 

Una ambición final, aunque mucho más difícil de lograr aunque no imposible concluye Francisco, es motivar a que más personas dejen el auto y se suban a la bicicleta. 

Los interesados en participar pueden postular en el siguiente link hasta el 31 de octubre. 

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Etiquetas: , , , Last modified: octubre 28, 2024
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