¿Cómo mejorar algo si no sabemos lo que está pasando adentro? Esa fue la misión que el Automóvil Club de Chile y la Municipalidad de Maipú se propusieron conocer con una “Radiografía a los ciclistas”, un estudio para conocer cualitativamente cuál era la percepción y aplicación de las normas del tránsito.
Por Michelle Raposo
Fotos: Pedalea
Si bien la honestidad de los encuestados se agradece, las respuestas de la radiografía dan mucho para pensar en cuanto a los comportamientos actuales, y las formas de mejorar no solo en la convivencia vial, sino también en la seguridad.
“Este estudio es un llamado de atención a todos quienes hacemos uso de las calles -peatones, ciclistas, automovilistas, conductores de buses- de poder tomar más conciencia y desarrollar más empatía vial, y poder mejorar conductas para asegurar una mayor seguridad y convivencia entre todos. Desde Maipú nos estamos sumando con harto entusiasmo al estudio y campaña que lanza Automóvil Club de Chile, de entender que si nos comportamos de mejor forma podemos convivir más seguro todos y todas”, sostiene el alcalde Tomás Vodanovic.
Lo que dice la “Radiografía”
Por ejemplo, algunos de los datos que arrojó el estudio, es que el 55% reconoce cometer una o más imprudencias viales al día, y que el 52% está dispuesto a pasarse una luz roja durante sus traslados (si no hay vehículos circulando).
De los 500 entrevistados (del Gran Santiago), el 37% reconoció tener conocimientos relevantes de las Leyes del Tránsito, y el 45% trata de respetarlas en todo momento.
La forma cómo está integrada la tecnología en nuestras vidas también se hace presente en los ciclistas. Admitámoslo, es difícil no estar pendiente de la pantalla, y esa distracción al mando de un vehículo, sea motorizado o no, puede causar siniestros que se podrían evitar. En ese sentido el 27% reconoce usar audífonos durante sus traslados, un 38% justifica el uso de celulares mientras conduce en la bici, y un 14% considera que no es grave hacerlo durante los desplazamientos.
La misma facilidad que entrega la bicicleta de meterse por varios lugares, es quizás la razón por la que en determinadas situaciones, dice el estudio, el 77% reconoce que está dispuesto a transitar por la acera, el 64% a circular por zonas peatonales y el 40% a ir en sentido contrario en una ciclovía. Casi el 24% dice no detenerse ante una señal de Paré o Ceda el Paso.
Un tema social
Antes de comenzar a apuntarse con el dedo, hay que entender que todos estos problemas de convivencia vial no son exclusivos de quienes se suben a la bici. “No empecemos a demonizar a los ciclistas porque es un modo de transporte que está completamente validado, y este es un problema también de los automovilistas, del peatón, de cómo nos formamos como conductores en épocas tempranas, donde no hay comunicación y no se enseña a comportarse en el sistema vial”, analiza Alberto Escobar, director de Movilidad del Automóvil Club.
En ese sentido, tener este tipo de datos son una herramienta para ayudar en la toma de decisiones en las políticas públicas.
En la visión de Alberto, no dejan de ser preocupantes algunos de los datos del estudio, como el uso de otros espacios como las vías exclusivas del transporte público, principalmente “porque se trabajó mucho en las consideraciones de la Ley de Convivencia de modos, que quiere proteger al ciclista”.
¿Por qué somos así? Las razones dan para un largo debate. Ya de por sí, la bicicleta es un medio que entrega independencia, libertad y hasta en algunos casos una forma de contracultura. El mismo hecho que se pueda meter a más partes cambia los límites de lo que es posible o no.
Países como Dinamarca y los Países Bajos siempre se ponen como ejemplos del ideal a seguir en cuanto a infraestructura y respeto por las normas. Pero siguiendo con el análisis, cuenta Alberto, hay un elemento más social, de la idiosincrasia del país. “Antes andaba en bicicleta el jardinero, el señor que repartía el periódico y los niños. Y de repente alguien que se dedicaba al ciclismo. Las bicicletas son un modo de transporte muy nuevo en Chile y en Sudamérica, como transporte mismo ¿verdad? En cambio, en Europa, la bicicleta es un medio de transporte habitual que se ve hasta en la Segunda Guerra Mundial. En cambio nosotros todavía somos muy nuevos, y nos cuesta incorporar ciertas cosas como el criterio de que la bicicleta me da libertad para hacer lo que yo quiera”.
De todas formas, la información que entrega el estudio da luces de dónde poner los esfuerzos, comenta Alberto, como por ejemplo “priorizar medidas para mejorar la seguridad vial de los ciclistas, como la masificación de semáforos inteligentes para minimizar al máximo los riesgos en los cruces, y la implementación de cámaras de vigilancia que garanticen la detección y corrección de comportamientos irresponsables en tiempo real. Además, debería ser obligatorio en todos los buses del transporte público, incluido el rural, el uso de sensores de punto ciego, una tecnología básica que podría prevenir una gran cantidad de muertes y lesionados entre quienes se desplazan en bicicleta.