Por Colectivo Bioenergía
Entre los cerros y el mar de Valparaíso se realizó el Foro Nacional de la Bicicleta 2025, una instancia que volvió a reunir a organizaciones, activistas y comunidades vinculadas a la movilidad activa en Chile. Después de una versión anterior marcada por la virtualidad, este encuentro permitió vivenciar la experiencia presencial: mirarse, conversar y compartir en torno a la bicicleta como herramienta social, cultural y educativa.
Para Colectivo Bioenergía, participar de este espacio fue una oportunidad de encuentro y aprendizaje. La presencialidad no solo permitió intercambiar conocimientos técnicos o metodológicos, sino también reconectarse con la dimensión humana del activismo: los afectos, la colaboración y la construcción colectiva de sentido en torno a la movilidad sustentable.
El foro, realizado en la Plaza Sotomayor y otros puntos del puerto, combinó paneles, talleres, charlas y actividades culturales. En su diversidad se evidenció un enfoque amplio sobre la bicicleta: como medio de transporte, pero también como símbolo de transformación urbana, educación ciudadana y expresión artística.

Dentro de las actividades que fuimos parte como expositores en esta edición, el taller “Tejidos de Botones Urbanos”, dirigido por Loreto Calé, y la presentación del proyecto “Cicloescuela”, a cargo de Silvia Viveros. Ambas propuestas se centraron en la educación y la creatividad como puertas de entrada hacia una cultura ciclista más inclusiva. Mientras el taller permitió vincular arte y movilidad desde la experiencia manual y colectiva, bajo la óptica del reciclaje, la Cicloescuela presentó una metodología de educación vial dirigida principalmente a niños, niñas y adolescentes, reafirmando la importancia de integrar estos temas en las comunidades educativas.
Estas experiencias demostraron cómo la movilidad activa puede abordarse desde múltiples lenguajes. Tanto el trabajo artístico como el pedagógico, evidenciaron que la bicicleta no solo enseña a desplazarse, sino también a crear, reflexionar y construir ciudadanía. Ambas iniciativas pusieron en valor la educación no formal, el trabajo con la infancia y la articulación entre arte y comunidad, reafirmando la vocación educativa que sostiene al colectivo.
Las jornadas del Foro estuvieron acompañadas por charlas de destacadas figuras como Lake Sagaris y Ricardo Hurtubia, quienes recordaron que la movilidad activa no se limita a construir ciclovías, sino que implica repensar las ciudades desde la equidad, el acceso y la participación ciudadana. La convivencia entre espacios teóricos, artísticos y pedagógicos dio forma a un evento equilibrado, donde la bicicleta fue entendida como fenómeno integral. El cruce entre datos, experiencias y emociones permitió visualizar una red de trabajo que se extiende por todo el país: desde los proyectos comunitarios hasta la incidencia política.
La presentación de Rosa Cuentera en su bicicleta viajera fue una de las actividades más entrañables del evento. Su propuesta artística recordó la importancia de la alegría y el arte en los procesos sociales, acercando la bicicleta a niñas, niños y familias desde un lugar lúdico y sensible.

El cierre de las jornadas, en tanto, estuvo marcado por las cicletadas: recorridos que unieron cerros, barrios y miradores porteños en un ambiente de música, disfraces y compañerismo. Creemos que visibilizar la forma de pedalear en cada ciudad, sin duda es un acierto de este foro, como también lo fue la realización de la cicletada intermodal donde pudimos trasladarnos en tren hacia la comuna de Villa Alemana. Esas rutas simbolizaron lo que el Foro buscó durante tres días: conectar movimiento y comunidad, demostrando que pedalear juntos también es celebrar.
Aunque no todas las expectativas se cumplieron —faltaron más espacios culturales y talleres abiertos para públicos no especializados—, el valor del encuentro radicó en la posibilidad de reconocerse mutuamente. En un contexto social donde las organizaciones ciudadanas enfrentan múltiples desafíos, el Foro permitió renovar confianzas, tejer alianzas y proyectar caminos comunes.
Desde Colectivo Bioenergía valoramos especialmente el carácter descentralizado y colaborativo del Foro Nacional de la Bicicleta. Espacios como este permiten visibilizar iniciativas regionales y mostrar que los procesos de educación, cultura y movilidad sustentable se desarrollan también en ciudades intermedias, lejos de los grandes centros urbanos.
Ser activista por la bicicleta en Chile no es sencillo. Las organizaciones trabajan, en su mayoría, de manera autogestionada, sostenidas por la convicción y el esfuerzo colectivo. Por eso, estos encuentros son esenciales: porque alimentan el espíritu de cooperación y reafirman que la transformación social requiere vínculos humanos, no solo infraestructura.
El Foro Nacional de la Bicicleta 2025 en Valparaíso fue, en ese sentido, una instancia de renovación. Nos recordó que la movilidad activa no sólo transforma las ciudades: también transforma a quienes la impulsan. Y que, mientras sigamos pedaleando juntos, la ruta seguirá abierta.





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