Por Michelle Raposo
Fotos: Revista Pedalea
Un cambio histórico en la legislación francesa reconoce que matar al volante no es casualidad cuando hay imprudencia de por medio. Chile y otros países observan con atención este precedente que podría transformar la seguridad vial en el mundo.
El 10 de febrero de 2023, el humorista francés Pierre Palmade, chocó de frente contra un auto, luego de tres días de fiesta y drogas. En el vehículo afectado iba un hombre con su hijo de seis años, que resultaron gravemente heridos, y la cuñada de 27 años del conductor, quien estaba embarazada de 6 meses al momento del siniestro.
Este caso, que fue ampliamente cubierto por los medios franceses, fue un catalizador de un cambio largamente esperado por muchos: la creación del delito de “homicidio vial” en Francia, aprobado por la Asamblea Nacional y que fue promulgado el 9 de julio reciente.

Historias similares ocurren constantemente en todas partes del mundo. Una de las asociaciones francesas que lideró este cambio de legislación fue la Association Antoine Alléno, creada por el reconocido chef Yannick Alléno quien perdió a su hijo de 24 años, también chef, que murió atropellado por un chofer reincidente que se fugó en un auto robado.
Sin mirar más lejos, en Chile abundan los casos de personas fallecidas por imprudencias de conductores, además de la creación de fundaciones como Fundación Emilia y la ONG MEL (Movimiento contra el Exceso de Velocidad Letal) que nacen de esas lamentables situaciones.
Sin embargo, en Francia al menos, el caso de Palmade fue un poco la gota que rebalsó el vaso. “Esta noticia fue bastante fuerte, muy triste, pero dio espacio al proyecto que venía trabajándose hace años. Desde ese momento, avanzó bastante rápido, en apenas año y medio”, cuenta Axel Rimbaud, ingeniero francés y fundador de la ONG MEL.
La importancia del nombre

Si bien el cambio puede parecer semántico, hay implicancias más profundas de este cambio. Francia dejará atrás el término “homicidio involuntario”, para adoptar el “homicidio vial” cuando se vayan sumando circunstancias agravantes, como el exceso de velocidad, el consumo de alcohol y drogas, o el uso del celular al volante.
“Es importante poner las palabras correctas, porque las palabras hacen la realidad”, reflexiona Axel. “Si utilizamos la palabra ‘accidente’, o hablamos de cuasidelito o de homicidio involuntario, le damos poca importancia al tema. Pero cuando alguien decide ir a exceso de velocidad o conducir con alcohol, hay una decisión consciente que pone en riesgo vidas”.
Más trascendental aún, es que este es un cambio fundamental para los afectados. “Es muy difícil para las víctimas cuando fallece su hijo, su esposo, su hermano, y les dicen ‘fue un accidente’, ‘que el conductor no tenía la intención’, como si eso minimizara el dolor o la responsabilidad”, agrega Axel.
En el caso del homicidio vial, las penas pueden ir de los 7 a los 10 años, y multas hasta € 150.000, según vaya sumando agravantes entre el consumo de alcohol, drogas, ir a más de 30 km/h de la velocidad máxima, uso de celular.
“En general hay más de un agravante”, explica Axel. “Especialmente con las carreras clandestinas, donde suele haber también drogas o velocidad excesiva. Alguien que conduce con alcohol en una carrera clandestina va a tener automáticamente dos agravantes”.

Efecto dominó
Este cambio de tipificación va en la línea que muchas asociaciones y víctimas de la violencia vial vienen pidiendo hace años, y que sigue el ejemplo de otros países.
En un análisis de derecho comparado realizado por MEL, podemos ver que Italia introdujo el “omicidio stradale” (homicidio en carretera) en 2016, mientras que Estados Unidos tiene leyes de homicidio vehicular en casi todos sus estados, con penas que pueden llegar hasta 30 años.
En América Latina, el debate comienza a instalarse. En Chile aún se mantiene la figura del cuasidelito con penas menores.
“Es un paso importante la tramitación de la ley. Se hizo rápido al final, pero hace muchos años que las víctimas, pero también la gente que trabaja en seguridad vial, lo está pidiendo. Y como decía, a nivel de seguridad, sobre la cultura, cambiar un poco la manera de ver las cosas. Para las víctimas es muy importante, entonces creo que es una muy buena noticia y también un ejemplo para otros países. Ya se ha implementado de una manera un poco diferente en Italia, o se quiere hacer en
España y Chile. Estamos hablando un poco de ser un ejemplo, ser parte del proceso del cambio cultural”.