Por Ignacio Jaque
Todo partió a raíz de la peregrinación a Lo Vásquez el año pasado. Partí preguntándome si podría pedalear más de 90 kilómetros, me parecía todo un desafío y fui toda la ruta pensando si lo conseguiría o no, a pesar de que en la ciudad un día normal pedaleo más de 50 km sin problemas, el ir a otra ciudad le daba un toque distinto. Era un desafío a la voluntad ya que en la ciudad si te cansas por último te bajas de la bicicleta y descansas o caminas a tu destino, en este caso había que completar el recorrido si o si y a pesar de que nunca me he sentido tan cansado al pedalear como para bajarme, debo admitir que dude por un momento de mis capacidades. Por suerte todo fue increíble, el pedaleo, las paradas y la comida, pero en medio de todo ese disfrute y emoción hubo algo que me llamó mucho la atención, y fue que en toda la ruta vi mucha basura acumulada, sobre todo en los lugares de detención cómo Curacaví y Lo Vásquez que es donde más se genera aglomeración de gente. En ese momento vino a mi cabeza de manera inmediata una idea, que no tenía muy claro cómo realizarla porque una ruta sin residuos en general no es algo simple, sobre todo con el consumo excesivo que vemos a diario. Todos al desplazarnos dejamos una huella, pero, pensé ¿Será posible con preparación realizar el recorrido sin dejar rastro? Y ahí nació la idea de #LoVásquezSustentable.
Al comienzo tenía muchas dudas porque nunca creí que una idea así sería aceptada o replicada por otros y siento que ese fue mi primer error ahora que lo pienso, ya que en la práctica me encontré con mucha gente opinando que era algo necesario y que por muchos años a nadie le parecía importar realmente, por otro lado requería mucha preparación y no sabía por dónde partir o cómo hacerlo por lo que busque colaboración. Primero el Colectivo Muévete fue fundamental para gestionar la campaña y tener una base sólida de apoyo, luego se sumaron marcas, tales como All Green Up, Knog Chile, tienda Mi Bicio y Rauda para finalizar tuve la gran oportunidad de generar alianzas con organizaciones afines al tema medioambiental cómo Plastic Oceans Chile, Fundación Basura, Torpedo Mensajeros, MAP8 ONG y ADC Circular, esta última debo añadir me formó como “Agente de cambio”.
A medida que se acercaba la fecha crecían las ansias y mucha gente me contacto dándome apoyo, tuve que trabajar mucho en la difusión del evento, cada día se iba sumando gente quienes compartían el evento para que otros lo vieran, fueran parte de esta gran campaña y lograr instaurar este importante hito, la primera de muchas rutas sustentables. Hasta que finalmente llegó el día de partir, me equipé con mi botella reutilizable, mi mug para bebidas calientes (café, té), mi bolsa reutilizable en caso de tener que guardar algo y no utilizar una bolsa de plástico, cubiertos plegables y mi servilleta de tela. Viajé acompañado por integrantes del colectivo Muévete, una amiga que nos acompañó el año pasado y dos amigos que se sumaron por iniciativa propia. Antes de seguir por la ruta 68 hicimos una parada donde vi un par de botellas tiradas en el suelo e inmediatamente pensé si es que ese era el primer indicio de cómo sería la ruta y debo admitir que me generó mucha duda al respecto. Al llegar a Curacaví se dio una situación particularmente especial ya que paramos a tomar un café, y mi sorpresa fue ver que todos llevaban su propio mug para la ocasión, obviamente agradecí mucho el gesto porque en total fuimos 10 personas que dejaron de generar un residuo como el vaso de plumavit que si lo multiplicamos por cada parada habrían sido 40 vasos de plumavit, lo que me parece una locura.
Luego seguimos pedaleando y mi siguiente encuentro con algún residuo se dio en el peaje, nuevamente me encontré con botellas tiradas en el suelo alimentando más y más mi duda, luego recordando cómo había sido el año pasado me di cuenta que durante todo el recorrido fue poca la basura que vi pero no fue hasta llegar a Lo Vásquez que mi sorpresa fue mayor, en primer lugar se veía una feria mucho mejor organizada, los más probable que por la municipalidad de Casablanca, segundo a pesar de la cantidad de ciclistas detenidos no vi gran cantidad de basura junto a ellos y fue ahí que pensé ¿Será que toda esta gente se comprometió con la campaña? lo que me dejó un sabor más dulce por decirlo de alguna manera.
Antes de continuar con el viaje escuché a alguien que grita ¡Cletero Ambientalista! encontrándome con Manuel “Ruta Cleta” Ocares quien despeja mis dudas confirmando el hecho que la ruta se vio mucho más limpia. Finalmente había que continuar hasta Valparaíso porque como “Ritual Ciclista” nuestro desafío termina allá, pero igual fui muy pendiente de ver si había basura en los alrededores y expectante de lo que pudiera pasar al otro día.
Hasta que llegamos a Valparaíso a descansar para posteriormente ir a almorzar y reponer energías en la playa, lo primero que hice fue revisar si había alguna noticia al respecto, pero no fue así por lo que la espera se prolongó mucho más. Me quedé el fin de semana en la V Región a la espera de noticias hasta que de repente por WhatsApp me comenzaron a llegar portadas de diarios que mencionaron la cantidad de basura que había quedado luego de la peregrinación, instantáneamente sentí que la campaña había fracasado y que tendría que buscar otra manera de llevarla a cabo al año siguiente, pero luego de unas horas de haber recibido esos mensajes recibí otros dónde mostraban la diferencia en la cantidad de basura comparado con años anteriores, incluso la municipalidad de Casablanca indicó que esta nueva versión de la festividad Mariana de Lo Vásquez dejó 15% menos de basura que el 2017 y yo que solo pedí un 1% en esta primera ruta sustentable, eso fue el clímax.
Obviamente soy consciente de que lo más probable es que esa reducción no sea 100% gracias a #LoVásquezSustentable pero me queda la satisfacción de que las cosas están mejorando, y eso, es impagable. Por otro lado, me inyecta energía para realizar la 2da versión de esta ruta con correcciones en los tiempos para gestionar todo, como dato adicional el porcentaje de participación por género fue muy equitativo siendo un 45.7% Mujeres y 54.3% hombres, lo cual responde a una preocupación transversal en el tema medioambiental.
Finalmente ha sido una gran experiencia llena de aprendizaje con muchas cosas por corregir, pero que el próximo año podré ver con más tiempo, les dejo a todos la invitación desde ya a ser ciclistas responsables con la huella que están dejando en cada pedaleo y por supuesto invitarlos a que estén atentos el próximo año para la segunda versión de #LoVásquezSustentable que vendrá recargada con muchas novedades. Estoy muy agradecido de toda la gente que apoyó y participó haciendo posible este gran cambio en una actividad tan masiva, me quedo con ese 15% para lograr algún día llegar al 100% de reducción y marcar un hito aún mayor. Hoy puedo decir con más orgullo que soy ciclista y totalmente convencido de ser un Cletero Ambientalista.