Por Daniela Suau Contreras
Periodista, activista movilidad sustentable y feminista.
Chile se aproxima a ver la luz al final del túnel de la crisis sanitaria que ha conllevado la pandemia mundial por el COVID-19 y algunas autoridades de las comunas de la Región Metropolitana comienzan a prepararse con medidas que protejan a las personas y faciliten su movilidad.
Este es el caso de Renca, donde del total de los viajes diarios el 7,5% se realiza en bicicleta, por lo que su alcalde, Claudio Castro, decidió inaugurar una ciclosenda que mejorará la conexión comunal, favoreciendo los desplazamientos hacia el centro histórico de la ciudad y hacia el sector industrial poniente de la comuna.
La nueva infraestructura es una intervención de carácter temporal, la que será evaluada con vecinos y comerciantes en su implementación, para ver si será replicada o consolidada en el tiempo. La metodología de evaluación fue propuesta por el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) UC-UdeC y será discutida con la Mesa de Movilidad.
La ciclosenda brindará mayor seguridad, ya que permitirá el desplazamiento de ciclistas en un espacio de la calzada específico para este tipo de transporte, diferenciado del de los automóviles. Tiene una extensión total de 5 km demarcados al costado derecho de ambas calzadas de José Miguel Infante, desde Vicuña Mackenna hasta Condell, y por Condell, desde J.M. Infante hasta Río Mapocho. Su ancho es de 1,5 metros y 30 cm de demarcación divisoria, incluyendo tachas y 28 hitos abatibles en paraderos del transporte público e intersecciones importantes.
Renca es una de las comunas que más viajes en bicicleta tiene en la Región Metropolitana, siendo uno de los sectores que más genera viajes en este modo de transporte el que se encuentra al sur de J.M. Infante, mientras que el eje en Condell facilitará la conexión con Mapocho 42k y, por tanto, con otras comunas.
La ciclosenda de emergencia tuvo una inversión de M$8.200 para habilitar la vía unidireccional como medio de movilidad alternativo al transporte público, de los cuales M$1.000 serán donados por la Embajada de Dinamarca.
Ante el contexto de crisis sanitaria del que el país recién está comenzando a salir, esta medida será un gran aporte pensando en el desconfinamiento, ya que la bicicleta es uno de los modos más resilientes en contextos de desastre como el que estamos pasando. Permite desplazarse rápidamente cuando hay caminos por los que no pueden circular vehículos de mayor tamaño, cuando falla el transporte público y en este caso, permite recorrer mayores distancias manteniendo el distanciamiento físico necesario.
Al mismo tiempo también representa un beneficio para los usuarios del transporte público, ya que al promover que se hagan más viajes en bicicleta ayuda a descongestionar y a evitar aglomeraciones en los buses, lo que ayuda a quienes por la distancia de sus recorridos deban seguir usándolos, permitiéndoles hacerlo de manera distanciada.
Muchas comunas están modificando temporalmente sus calles para dar más espacio a peatones y ciclistas, es decir, están haciendo una redistribución del espacio vial que no debiera ser una medida de emergencia, sino invitarnos a repensar las políticas públicas y normas que priorizan a los vehículos motorizados sobre las personas.