Por Myriam Salazar
El creador de Don Pallets (32), ciclista urbano pero no fanático, ha desarrollado diferentes áreas en su negocio para seguir innovando y se prepara para una prueba solo para valientes y emprendedores de verdad.
“Principalmente bicicleta para mi es retornar a los 9 años, cuando mi hermana me regaló su bicicleta. No me regalaron una directamente, sino que fue el desuso de la bicicleta de la hermana mayor que lo recicla el hermano menor, esa fue mi primera experiencia. Ahora claro mi hermana era súper niñito en su infancia y tenía una bicicleta de Superman, entonces quedé más feliz porque me creía el Superbicicleta y todo el cuento. El entusiasmo no me duró mucho, me puse a hacer otras cosas. Anduve en bicicleta entre 3 y 4 años cuando chico. La continuidad de la Superman fue una bici que me regaló mi abuela, pero de ahí no la ocupé después de harto rato, hasta que empecé a trabajar, ese fue el primer episodio”.
El barrio y los amigos
“Crecí en Estación Central, en el paradero 7 de Pajaritos. Ahí forjé mi personalidad junto a mis amigos. El barrio era un pasaje de una cuadra donde hacíamos carreras de bicicletas, bombitas de agua, en ese contexto compartíamos desde chicos, la pelota y todo eso. Me hice una red de amigos que hasta el día de hoy mantengo, aunque más distantes porque cada uno va haciendo su vida. Mi mamá me decía: ¡hasta la esquina!, ¡no des la vuelta a la manzana!, pasaba esa cuestión entretenida que uno igual desafiaba y me iba a dar la vuelta a la manzana, pero al otro pasaje y ahí empiezas a expandirte, a explorar otras zonas arriba de la bicicleta, uno no cacha mucho pero después se entiende”.
Cuando me compré la bici 4 años atrás fue como recuperar todo ese recuerdo, esa nostalgia de la niñez, sin responsabilidades, libre absoluto, me recordó mucho a los tiempos anteriores pero motivándome con la experiencia de hoy día.
Salí de 4° medio como técnico comercial contador. Mi papá me decía “estudia contabilidad porque cuando salgas vas a tener algo asegurado, vas a poder trabajar y después vez que haces. Examiné un poco la situación y mi hermana estaba estudiando a la universidad y a mí me tiraron a las carreras comerciales técnicas. Es como lo que dice el Copano, “el primer hijo a la universidad, con el segundo hay que experimentar otra cosa, que sea más independiente”. Y bueno les funcionó, conmigo se fue dando esa tónica, pero claro estudié contabilidad”.
Luego de trabajar mucho tiempo en una empresa renunció. “Salí con el ánimo de darme un mes sabático, relajarme absolutamente y no pensar en nada, y me compré mi segunda o tercera bicicleta, con el sentido de hacer alguna actividad. Me hizo recordar muchas cosas, fue un motor, un flujo de energía ilimitada que me empezó a despertar curiosidades. Me aburrí de la oficina, de las actividades que estaba haciendo y empecé a cambiar un poco el foco, el que tenía que ver con andar en bici, subir el cerro, dar una vuelta, visitar a la polola en bici y despejarme. Finalmente funcionó como una especie de ordenamiento mental la bici. Eso me genera mucha más tranquilidad y un montón de cosas más”.
A Contabilidad le siguieron Técnico Financiero e Ingeniería Comercial. “En ese proceso desde el colegio a Ingeniería Comercial -que no termine a propósito- me desenvolví en trabajos como analista de gestión, analista de existencias y yo le decía “analista existencial”, siempre cuestionaba por qué estaba haciendo eso. Nadie lo entendía, sólo yo o al revés, todos lo entendían y yo no. Eran inventarios, gestión administrativa, trabajé en una automotora, en un club de golf”.
¿Cuáles eran tus intereses cuando eras niño?
De ese momento no me acuerdo, pero siempre me gustaron los animales hasta el día de hoy, cualquier cosa con los animales. Nunca tuve una fijación hacia el medio ambiente por ejemplo, la fijación se fue dando en la medida en que fui explorando distintas cosas. Un propósito desde chico, creo que nunca tuve claro. Hasta los 27 años creo que hice lo que me dijeron que hiciera y a los 27 dije wait…¡quiero hacer lo que yo quiero! ahí apareció la bici.
¿Por qué elegiste la bicicleta?
Necesitaba un distractor. Me aburrí del celular, de las redes sociales, del play y todas estas cuestiones, quería algo más real, más experimental. Me empecé a vincular con la bicicleta. Con una aplicación registraba datos como velocidad, la pendiente y eso es entretenido porque es un dato concreto de lo que hiciste y te obsesionas con eso, y quieres mejorar el ritmo, la velocidad, el tiempo y te vas midiendo, te vas desafiando.
¿Te empezaste a movilizar en bici por Santiago?
Absolutamente, de hecho cuando me fui de la clínica donde trabajaba, me propuse trabajar en un lugar donde sí y solo si pudiera llegar en bici. Y llegó la pega. Vivía en Maipú y el trabajo era en la calle Miraflores, 22 minutos en bicicleta, cuando en metro eran 45 minutos. La hice. En ese tiempo estaba full gimnasio, llegaba en bici, entrenaba y me iba a trabajar, esa era mi rutina. Después iba a ver a mi chica a Maipú en la Ciudad Satélite, así iba sumando y acumulando kilómetros, obsesionado con el tema.
Estaba aburrido del trabajo en oficina, “pensaba que era lo que realmente quería hacer, y empezaron a suceder cosas que uno va encontrando y persiguiendo y hay que agarrarlas y darle nomás si te hace sentir bien. Ese trabajo fue muy bienvenido porque como me demoraba 25 minutos me cambió la vida. Empecé a tener más tiempo y venía trabajando una idea de emprendimiento pero todavía no se concretaba, que era hacer cosas de reutilización con los pallets, comencé a averiguar y todo, no era algo obsesivo sino que una idea, algo que estaba a lo lejos que no era importante”.
¿Viste algo que llamó tu atención?
Si, un amigo me preguntó si podía conseguir pallets. Mi pega tenía que ver con logística, inventarios. Ya los conocía, pero no sabía que se podía hacer algo con ellos. Mi amigo necesitaba cuatro pallets y se los conseguí. Le pregunté qué iba a hacer con ellos, pasó el tiempo y se me olvidó el tema. Un día fui a tomarme una chela a su casa y me acordé, le pregunté y me dice ¿cómo no te das cuenta? me fijo y veo una colchoneta hasta que veo el respaldo y dije ¡oh te hiciste un sillón!, quedé impactado. Le dije: Ale hagamos de estos, yo quiero hacer esto. Me dijo que necesitábamos un taller, herramientas y bla, bla, bla, le dije bueno no hagamos nada, filo es una idea loca. En ese momento entró la idea a mi cabeza y empecé a imaginar lugares con pallets.
Luego del mes y medio sabático y pedalear por Santiago, entró a un nuevo trabajo. “En mi escritorio había un mini pallets como taco de apunte y digo ¡oh un pallet! y me puse a reír. Me contaron que sería el analista de existencia y en mi cabeza sonaba “analista existencial” porque siempre reflexionaba todo. Me explicaron que tenía que hacer los inventarios y conteos de todas las cosas, me pasan la primera hoja y decía Pallets tipo, 10 tipos de pallets, me doy cuenta y empiezo a contar pallets y veo 100 unidades, 1.000 unidades, 10.000 unidades y pensaba donde estaban todas estas cuestiones y cuando iba a conocer todos esos pallets. Me coordinaron la primera reunión a la planta, esa fue mi primera salida de la oficina. Llego a la planta y veo 15.000 pallets de distinta forma y colores, podías hacer una ciudad con ellos y me imaginé miles de sillones y mesas. Pregunté qué hacían con ellos y me respondieron que los quemaban, o los vendían como leña y cada vez que me respondían me iba doliendo la guata y me preguntaba por la contaminación y toda esa mugre. Los pedí y me los regalaron.
Entre que detecté que había mucho objetos que se podía hacer con este material, empecé a generar ideas entorno a ellos, a la obtención, a como reciclarlo y reutilizarlo, que eran términos desconocidos para mi en ese tiempo y que son dos cosas completamente distintas. Me vinculé más a eso, fui a charlas y talleres de protección medioambiental, cuidado del planeta y sustentabilidad. Me empapé del tema y concluí que un ciudadano sustentable se abastece con productores locales, se desplaza sin emitir CO2 y empiezas a relacionar y tu estilo de vida se va forjando hacia una etiqueta. Se van trazando caminos y vas escogiendo. Cuando vi todos esos pallets decidí hacer algo, claramente la intención inicial fue hacer un negocio, pero después te vas empapando un poco porque si o si te tienes que relacionar con el entorno. Buscar que sea realmente sustentable, no emularlo porque hasta hace un tiempo atrás al menos hay gente que compra madera cepillada completa y emula el pallet, así no funciona. Ideé el modelo de negocio partí haciendo jardineras, vendiéndole a mi hermana, después a un tío, los vecinos y así. Cuando partí no sabía taladrar ni tomar el serrucho, nada. Trabajaba en oficina y hacía cero manualidades.
Entonces ¿cómo los fabricaste?
Un amigo es mueblista nos juntamos y le conté la idea y cómo funcionaba, de donde venían el material y todo el cuento. Montamos el taller y nos asociamos, el los fabricaba y yo los vendía. Funcionó por un tiempo. En paralelo aprendí a taladrar y el proceso porque quería aprender y me fui a trabajar en el patio de la casa de mis papás, estuve un año y medio así y en paralelo con mi trabajo de oficina.
El reciclaje y la reutilización de los pallets le ganaron al trabajo estable de oficina. En 2014 lo llamaron para Lollapalooza, luego para Womad con quienes han trabajado tres años seguidos. “Para 2018 esperamos estar en ambos eventos. Así empezaron a repetirse eventos y ferias importantes, con lo que el emprendimiento se vuelve más formal, sale del pasatiempo dar el próximo paso, escalar y focalizar para donde queremos que vaya el negocio. Hoy día estamos apuntando a la venta a empresas, más corporativo porque es la empresa la que va a comprar 10 mesas de centro no una. No es por un tema de ganar más o menos plata, es por un tema de tiempo. Cuando una persona me pide una mesa el tiempo en desarrollo de la idea personalizada te toma mucha más energía que hacer 10 en un proceso que está diseñado con x terminaciones”.
Hoy en día Don Pallets está presente con sus terrazas recicladas en las Plazas de Bolsillo y quiere sacarle el máximo provecho a esa vitrina, tanto para los negocios que ya funcionan en ellas, como para él que llega a fortalecer el espacio con sus muebles de material recuperado.
“La idea es ir desarrollando una marca relacionada a nivel corporativo con distintas empresas e instituciones y posicionarlos, además está orientado hacia el reciclaje, la reutilización y la sustentabilidad. Hay un par de cosas que vamos a desarrollar, por ejemplo: los pallets equivalen a árboles y a fin de año nos vamos a comprometer con plantas x cantidad árboles según los pallets que reutilizamos durante el año. Nos tomando en serio el tema para que sea sostenible en el tiempo. Estoy 120% dedicado a este proyecto y lo que se relacione a él, por ejemplo tengo unos amigos que hacen eco instalaciones con paneles solares, me relaciono con ellos y donde se pueda introducir el pallet, a ellos siempre los voy a recomendar porque mientas más somos más lejos llegamos. Colaborar en comunidad, gestionar negocios con todos los que estamos dentro del ecosistema”.
¿Cuáles son las nuevas ideas en las que están trabajando?
Varias cosas, estamos presentando un proyecto para una marca de retail. También hay un patio nuevo que se va a abrir en Antonia López de Bello donde diseñamos las mesas de picnic, otro proyecto en el que participamos es un concepto que se toma los estacionamientos y arma espacios lúdicos para la hora de almuerzo. Estamos negociando con una importante marca, hace un tiempo nos contactaron para hacer unas terrazas de pallets para la venta en tienda y consumo masivo e-commerce. La idea es hacer las terrazas de pallets con sus pallets y venderlas a través de su página web o en la misma tienda. Nos estamos preparando, uniendo los chacras máximamente para que nos pille en buena posición porque esta oportunidad se le puede generar a cualquier persona en verdad, pero el riesgo es tu capacidad. Si de verdad puedes fabricar lo que te pide la orden de compra dale, a conciencia, sino mejor ni te metas porque lo que te van a facturar de vuelta por no cerrar el negocio te puede matar.
¿Ésta es la gran prueba para Don Pallets?
Yo creo, tenemos buena adaptación y agilidad en articular cosas, no sé si sea la prueba definitiva pero es un hito porque ahí el pallet penetra en una transversalidad hasta el retail. Ya penetró en la gente, en los eventos masivos, en los espacios públicos y en el mundo corporativo. El elemento vuelve a su lugar de origen, la economía circular que tiene que ver con la economía que se está implementando hoy en día, el residuo se vuelve a reutilizar y se vuelve un nuevo componente más durable, en el fondo lo sacas del desecho y lo metes al sistema, generando menos tala de árboles, menos explotación de mano de obra, etc, va relacionado a la sustentabilidad. Ese es el fondo, al final todos queremos ser ciudadanos inteligentes.
Le dimos una vuelta al tema y tampoco podemos llegar y no venderle a la gente, así que decidimos hacer talleres y enseñarles ¿para qué venderles la mesa si la pueden hacer? en estos talleres se puede experimentar el proceso completo aunque más resumido, en el fondo pagan por un taller y se van con una mesa para la casa hecha por ellos mismos, entregamos los tips y todo lo necesario. Ahora comienza el periodo estival más entretenido donde se hacen más talleres y la gente participa más.
¿Te sigues moviendo en bicicleta?
Estuve en una pausa por el frío, que igual impacta un montón, pero ahora que empieza la temporada, se viene la bici con todo.