Para muchos puede ser un tema menor, pero, respetar el lugar de los distintos modos de transporte en el espacio público puede hacer una gran diferencia en la experiencia de ciudad.
Por Michelle Raposo
Fotos: Gentileza Claudio Olivares Medina
Retrato: Víctor Rojas
Una situación que es cada vez más común de ver y que ocurre en todas las ciudades del país. Hablamos por su puesto de los vehículos que se estacionan en ciclovías y veredas, impidiendo el paso de ciclistas y peatones.
¿Qué pasa con este fenómeno? ¿tendrá fin alguna vez? ¿qué podemos hacer al respecto?
“Es una cañería rota, rota por saturación, en el fondo. Y yo creo que esto se ha vuelto una práctica habitual, cortesía de la desidia de los gobiernos locales de fiscalizar esto, en primer lugar y ponerle freno, ya sea con fiscalización o con barreras físicas que permitan proteger las aceras”, comenta Claudio Olivares, por años activista de la bicicleta, quien por lo demás ha seguido de cerca esta falta de modales, por llamarlas de alguna manera.
Entre las razones para que ocurran estas situaciones comenta Claudio, se encuentra el fomento del comercio digital con los repartos, y la movilidad como servicio, en el caso de las apps como Uber y Cabify.
Otra fuente de vehículos mal estacionados, vienen de la logística, ya sea camiones de carga y descarga para grandes comercios, a pequeña escala.
Aprovechándose de todos los centímetros
Otro factor, quizás no tan obvio, comenta Claudio, pero que es muy bienvenido, es que se estén haciendo veredas más amplias, como en el caso de Ñuñoa.
“Logran ampliar las aceras haciendo que los desarrollos privados dejen ese espacio, no dejan de ser privados los espacios, siguen siendo dueños ellos, pero el espacio es de circulación libre peatonal. Entonces se suma la acera desde el punto de vista privado. Y estos espacios empiezan a ser mal entendidos, generando las prácticas que acabo de mencionar”.
Otro efecto de estas construcciones, es que se generan espacios residuales. “Entonces hay algunas partes donde se construyó un nuevo edificio, la acera se hace más amplia, pero el edificio está rodeado de casas antiguas o inmuebles antiguos que tienen la línea de edificación todavía más adelante. Y eso genera espacios residuales. Estas esquinas dentro de las fachadas, este recorrido irregular de las fachadas, genera estos espacios residuales que se usan mucho para estacionar vehículos en la noche, en la tarde, en el día, etc”.
¿Hay algún remedio para esto?
Yo creo que ya estamos pasando al punto de que por un lado toca fiscalización municipal, control, básicamente para que primero para las zonas residenciales se empiecen a eliminar los espacios de estacionamiento sobre veredas y sobre aceras que utilizan los particulares.
En segundo lugar, en las zonas más intensas a nivel comercial o con grandes edificios y con veredas amplias, toca poner barreras físicas, pensar en elementos que protejan estas generosas aceras que se están logrando producto de estos cambios normativos. Y eso significa poner o delineadores, o bolardos, o alguna barrera física que impida que un auto pueda entrar a la vereda y usarla como zona de circulación o estacionamiento.
Y con respecto a la tensión de la carga y descarga, ahí sin duda hay que establecer zonas de carga y descarga porque eso es necesario para el comercio local, pero tanto los que reciben la mercadería como quienes reparten la mercadería podrían hacer uso de dispositivos muy antiguos y muy bonitos que se llaman carros, yeguas y otras cosas para poder mover la mercadería desde el punto de carga y descarga hacia el local. Pero no interferir ni con el transporte público en calzadas en el caso de avenidas troncales, ni con el tránsito peatonal en las aceras.
Otro hecho que ha observado Claudio, que de alguna forma también se han tomado los automovilistas, es cuando se han implementado en la calles los nuevos estándares en cuanto a accesibilidad, por ejemplo, con las guías podotáctiles, con los rebajes de solera.
“Y todas estas medidas, y particularmente los rebajes de solera, son entendidos o usados por los automovilistas como accesos vehiculares a la acera. Entonces, la acera se transforma como en estos espacios de circulación de los hoteles, donde tú te metes para dejar un pasajero y después salir por el siguiente acceso peatonal o el siguiente rebaje”.
“Entonces, esas prácticas ante la desidia de la autoridad local, y estos son netamente los gobiernos comunales, de atajar eso, el problema está creciendo. La acera está siendo una práctica y un derecho adquirido, básicamente”, agrega.
La suma de las excepciones
Desde la lógica de los automovilistas, esto quizás ni siquiera lo han visto como un problema.
“Cuando tú hablas con las personas que están infringiendo esto, por supuesto que siempre para cada individuo es la excepción, pero en el fondo está lleno de excepciones a lo largo de un trayecto de cinco cuadras te encuentras ahí con veintiocho mil excepciones, y todos tienen algún problema y las personas que caminamos, o cuando caminamos, tenemos que entender que es todo el mundo que tiene excepciones, y eso no puede ser, porque en el fondo estamos fallando a uno de los acuerdos más básicos de la circulación y los movimientos en el espacio vial, que es la calzada para vehículos, la acera para uso peatonal”.
Nuevamente, la falta de fiscalización de los espacios y la cero exigencia a quienes compran autos para tener un lugar donde guardarlo, poco a poco convierten esta situación en un problema público.
“Y yo creo que deberíamos avanzar a que la gente cuando viaja en automóvil, dentro de la poca planificación que tienen que hacer para su viaje, resuelvan dónde dejar el auto, pero no puede ser en el espacio público. Hoy en día son más grandes los esfuerzos para una persona en micro, de planificar un viaje, pero no para una persona en auto. Y debería ser al revés. Se va a mover en auto, tiene que resolverlo”.
¿Existe la posibilidad de denunciar? ¿Podemos hacer algo al respecto?
Dentro de mis grandes conversaciones con la gente de acá en Ñuñoa, incluso con la policía, ellos no miran eso. No es una cosa como las urgencias delictivas o de control del espacio público del vendedor ambulante, son más importantes que cuidar las aceras de los autos estacionados, explica Claudio.
Como hay una cultura automovilística normalizada en nuestro sistema de movilidad, los entes fiscalizadores no lo ven. Es algo que observamos quienes estamos pensando en esto de forma distinta de este sistema que valida el automóvil. Sin embargo, cuando he conversado con guardias municipales, me han planteado tres situaciones:
Por un lado, cuando yo le quiero denunciar a seguridad ciudadana, si la práctica es puntual, ellos pueden actuar. O sea, si hay un auto raro estacionado arriba de la vereda y que tiene pinta de abandonado, ellos pueden actuar.
Si la práctica es frecuente, la denuncia tiene que ir a un departamento específico porque hay un elemento frecuente. En el fondo, el de seguridad ciudadana, el que tiene la urgencia, va a llegar, va a decir algo y la persona va a salir, pero al otro día va a volver a estar. Entonces hay otra área que se tiene que dedicar al tema cuando ya la acción es recurrente.
Y, en tercer lugar, y esto me lo han dicho guardias municipales de Ñuñoa puntualmente, y que debe pasar exactamente igual en otras comunas, es que los grandes vicios de nuestro sistema es que los cargos de juez de policía local y director de obras son cargos muy permanentes, duran mucho el tiempo y la gente está muy apernada.
Esto permitiría de alguna forma que las personas se puedan ir y sacarse estos partes.
“¿Y cuál es el vicio ahí? ¿Y por qué las municipalidades podrían no estar tan incentivadas a hacer el control que toca? Es porque en Chile, los ingresos municipales, principalmente, los directos al municipio, el bolsillo al municipio, sin postular a ninguna cosa, son la competencia de permiso de circulación. Y el automovilista para el que va a ser electo o elegido es votante. Y aquí, y en la quebrada del ají, nadie tiene el coraje de decir, se callan, se van a la mierda, esta cosa es así”.
“Y ahí vuelvo al tema de los acuerdos más básicos en cuanto a los acuerdos esenciales más básicos de nuestras leyes, más que de leyes, de los acuerdos de movilidad, de cómo nos vamos a mover. Calzada para los autos o vehículos y acera para el tema de peatones. Y cuando eso se desarma, el resto del sistema empieza a colapsar. Va a mutar, se va a transformar en otra cosa y probablemente terminemos algo como era Bogotá en los 80 o India hoy en 2024. Pero para allá vamos si es que no se establece un orden drástico. Y yo creo que no hay nada de malo en establecer un orden drástico porque no estamos proponiendo nada nuevo, solamente estamos diciendo, oye, paren la joda, esta cosa es así”.
Me pregunto si será un problema que realmente va a acabar…
Si no lo agarras ahora va a ser muy difícil que lo puedas acabar. Yo sé que hay temas macro que son tanto más importantes. Lo que pasa es que si pensamos que hay cosas chicas que no vale la pena batallar yo creo que no hacemos nada, porque aparte los sistemas no solamente cambian desde lo global, a veces cambian con pequeños detalles. En este caso esto podría eventualmente para alguien ser un detalle versus no sé, temas macroeconómico y productivo y de consumo con respecto al automóvil.
Pero si esto lo dejas pasar, ¿para qué seguimos? Cerremos la puerta y chao, a la casa y se acabó la historia.