En mi familia la bicicleta siempre ha estado presente, incluso antes que yo. Fue un medio de conquista entre mis abuelos, y con las mismas bicis de ellos le enseñaron a mi mamá y a mis tíos a pedalear.
Como verán, la bicicleta ha sido muy importante para mi familia, un medio de transporte para mi tío, uso recreacional para mi mamá cuando era joven, y ahora conmigo ya que la utilizo también para viajar.
Mi primera bicicleta me la compré juntando peso a peso con diferentes trabajos a los 18 años. Era una fixie adaptada con cambios, con solo 6 velocidades de color celeste y ruedas moradas. No les puedo decir alguna referencia de marca porque no la tenía, era una armada en San Diego, pero a pesar de ser muy simple, era una bicicleta muy fuerte. Mis primeros pedaleos los di sola y con esta bicicleta, la cual llamé Celé por su color. Con ella comencé también en el cicloturismo y aguantó todas mis aventuras.
Creo que siempre será mi mayor anécdota, el miedo de mi querida mamá al cicloviaje y a todo lo que hago. Le pedí toda mi infancia una bicicleta, y en una Navidad me regaló una pero miniatura diciéndome “Cumplí tu sueño, aquí tienes una bicicleta”, y claro, me di cuenta que ella siendo tan sobreprotectora, jamás iba a permitir que me subiera a una. Hasta que pude trabajar y recién ahí pude tener una bicicleta. Pero a pesar de que se preocupa más de la cuenta, mi mamá me apoya en todo y ha sido parte fundamental en todas mis decisiones, proyectos y viajes.
Todos mis viajes han sido muy especiales, pero principalmente, la mejor experiencia de cicloturismo que he tenido fue mi primer viaje, cuando hice la ruta de Los siete Lagos en Argentina. Fue el viaje que me ayudó a superar la pérdida de mi abuela y mi primera vez en otro país, nunca había llegado tan lejos en bicicleta. Fue muy emocionante.
Hace poco llegué de mi viaje recorriendo 6 regiones de nuestro país. Comencé desde mi casa en Cerro Navia en Santiago, luego seguí por la quinta región y después pasé por las regiones de O’Higgins, Maule, Ñuble, finalizando en la región del Bío Bío. Fue un viaje maravilloso lleno de desafíos, buenos momentos y paisajes espectaculares. Este viaje lo pretendo continuar el próximo verano. Les recomiendo que salgan a conocer Chile: es un país hermoso, muy diverso y con personas increíbles. Tenemos la suerte de tener un país pedaleable y cada región tiene una hermosa experiencia que los está esperando.
La bicicleta ha sido mi vehículo para llegar a lugares increíbles y conocer hermosas personas. La bicicleta me ha fortalecido, ha aumentado la confianza en mí misma y me dio libertad. Descubrí mis debilidades y fortalezas explorando los límites de mi cuerpo, he adquirido un sinfín de habilidades necesarias para el cicloviaje autosuficiente. La bicicleta me ha acercado a realidades, a problemáticas a nivel medio ambiental de nuestro país, he visto situaciones muy complejas y también he presenciado hermosos momentos que llevo en el corazón.
La bicicleta nos acerca más al mundo, nos entrega salud, transforma nuestra realidad. Elijan siempre la bicicleta, y donde quieran que vayan, háganlo con todo su corazón.