Por Daniela Suau Contreras
Periodista, activista movilidad sustentable y feminista.
Durante este año las muertes de ciclistas han aumentado en 28%, en comparación al mismo periodo de 2019. Una dramática cifra que sólo hasta octubre cobraba la vida de 93 personas, no siendo extraño imaginar que podríamos cerrar el año –fácilmente- con más de 100 ciclistas fallecidos. Sin embargo, lo más preocupante es que muchos siniestros viales donde se ven ciclos involucrados no son contabilizados, por lo que en la realidad, esta cifra podría ser mayor.
En el entendido de que la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito en Chile (Conaset) –institución de gobierno a cargo de la seguridad vial-, no registra todos los siniestros viales, la asociación Geógrafas Chile decidió crear una cartografía colaborativa llamada “Accidentes de Ciclistas”, que funciona como un registro ciudadano a nivel nacional.
La agrupación, que tiene un año y medio de existencia, está compuesta por profesionales feministas, mujeres y disidencias sexuales, con 150 integrantes a lo largo del país. Surgen fruto de la inquietud de trabajar la geografía con perspectiva de género, ya que según señalan hay una deficiencia muy grande al respecto, desde la planificación del territorio en general y el trabajo socioterritorial en su conjunto.
En Revista Pedalea conversamos con Natalia Ramírez, geógrafa feminista y codirectora de Geógrafas Chile, quien nos contó que: ”La idea (del mapa) surgió como una forma de poner a disposición nuestro conocimiento en geografía y nuestras plataformas. Lo que nos motivó fue el aumento de la accidentabilidad de ciclistas y la democratización de la ciudad, que es lo que nosotras trabajamos”.
El proyecto, explica la profesional, apunta a “proporcionar una plataforma que tenga un conteo más realista de quienes no denuncian, ya que sabemos que la contabilización de este tipo de siniestros sólo se genera a través de denuncias, por lo que los números que se conocen están subrepresentados”.
De esta forma, al entrar al mapa, las personas pueden registrar accidentes, ubicando el lugar exacto en la barra del buscador, la que permite precisar la dirección, la altura de la calle o la intersección donde ocurrió el siniestro. Luego se añade un marcador por medio de iconos ubicados en la parte superior de la plataforma, que deja registrado el incidente.
Natalia nos cuenta que: “Hace poco un hombre nos pidió que agregáramos a su expareja, fallecida por un accidente en el Cajón del Maipo, que no salía en los datos de Conaset. Ése es un problema pero también lo es la centralidad de los datos, porque sólo tienen los de la Región Metropolitana y no los de otras regiones, como para ser georreferenciados. Lograr eso es un foco que nos gustaría que también fuera parte de esta iniciativa”.
Que el mapa sea colaborativo, explican, dice relación con considerar el valor humano, social y vivido a la cartografía, recuperando la experiencia de todos quienes participan y colaboran en ella. Lo hicieron en My Maps de Google, donde se encuentran las indicaciones para que las personas puedan ingresar sus siniestros, sin necesidad de inscribirse ni de validar por medio de un correo electrónico.
Sobre la veracidad de los datos, Natalia Ramírez cuenta que “es una colaboración libre, basada en la confianza”. De todas formas, afirma que el mapa disponible cuenta con la información de siniestros registrados por Conaset en la Región Metropolitana como información base y los demás, son ingresados por las y los usuarios.
Problemática de falta de datos sobre siniestros viales
Cuando uno ve los datos de cobertura de ciclovías, obviamente se llega a la misma conclusión de siempre y es que están concentradas en las comunas donde hay más áreas verdes, mejor infraestructura, más servicios y mejor calidad de vida; el resto de las comunas está descubierta y la cobertura es bien amateur, explica la geógrafa.
Sin embargo, “la falta de datos no influye en esto, pero sí en que la planificación sea intuitiva, cuando debería estar basada en hechos reales. Para el desarrollo de ciclovías y mejoramiento de calles en la ciudad, en cuanto a infraestructura, mientras que en materia de convivencia vial, si los accidentes están más detallados se podría identificar si en esos lugares hay muchos recorridos de transporte público y por ejemplo, las y los ciclistas deben compartir el carril con las micros”, señala la profesional.
El mapa colaborativo de Geógrafas Chile comenzó a funcionar hace apenas tres semanas y su idea es evaluar el trabajo realizado, al menos en un año más, para poder evaluar los resultados. A la fecha han tenido acercamiento con diversas organizaciones ciclistas, quienes han ayudado en su difusión.
En una declaración pública que hicieron a partir de la campaña #NoMásCiclistasMuertxs, el análisis de Geógrafas Chile ante la perdida de vidas de ciclistas en siniestros viales, es que pese al incremento en el uso de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad –el que se ha vuelto indispensable en pandemia por ser más seguro respecto a posibilidades de contagio-, el Estado y sus gobiernos no han tenido la intención de adecuarse a una movilidad integradora en cada contexto territorial.
“Con la bicicleta, obligan al ciclista, de forma temeraria, a compartir carril con micro, taxis y autos, en calles con hoyos y poca mantención. Esto no es una falta de perspectiva política de transporte en general y sobre la bicicleta en particular, sino que es una decisión irresponsable con la vida y priorización del transporte motorizado privado”. A su juicio, “existe un gran incentivo del uso del transporte privado, razón por la cual se construyen grandes autopistas urbanas que generan un modelo de desarrollo hacia el interior de la ciudad que corta y segrega el territorio, además de promover el ingreso de más autos y más congestión”.