Soy diseñador industrial e ingeniero de proyectos y he estado vinculado al tema de la bicicleta y a las temáticas de ciudad hace harto rato en distintas organizaciones, colectivos e iniciativas que promueven el ciclismo urbano, el ciclismo eficiente y la construcción de ciudades a escala un poco más humana, la movilidad sostenible.
Mi historia personal se remonta a la infancia en esa época de los 80 por los barrios de San Miguel. Nací, viví y estudié en San Miguel y recuerdo por ahí el año 83 en Navidad, como muchos niños de aquella época haber recibido este gran regalo. La primera bicicleta que tuve en mis manos fue una roja metálica preciosa, una bicicleta Vargas de paseo. En ese tiempo no había mucha sofisticación, vivíamos en dictadura y no había mucho acceso a importaciones de bicicletas. Recuerdo que había 3 grandes marcas de bicicletas: Vargas, Oxford y Bianchi, que eran un poquito más caras porque venían de afuera. Me acuerdo de las bicicletas Caloi, unas brasileñas que tenían un sillín de banano bien característico de la época que algunos amigos tenían y las encontraba preciosas.
Mi bicicleta Vargas es una bicicleta de la que nunca me he olvidado, nadie se olvida de su primer regalo de Navidad, ese típico regalo de Navidad es siempre la bici, la que de alguna manera te genera autonomía e independencia, para un niño eso es algo super motivante y bonito.
En esos barrios de San Miguel siempre recuerdo a mi padre, con él pedaleábamos muy temprano en la mañana, siempre con esta visión de bicicleta con temas de deporte, con un sentido de paseo, de disfrute, de compartir, con un sentido incluso muchas veces de jugar.
Mi papá trabajaba en la tarde, en la mañana era levantarse muy temprano tomar desayuno y salir a pedalear por los barrios con mi hermana y mi viejo, tengo muy bonitos recuerdos de eso y también tengo recuerdos muy ligados al barrio y a la infancia. Me gustaría destacar dos, San Miguel siempre fue una comuna y un territorio bien combativo, bien luchador para el tiempo de dictadura, tiempo tan oscuro en el cual vivimos. Siempre hubo una identidad muy particular en San Miguel que estaba vinculado a la música, recuerdo a Los Prisioneros como nuestros grandes vecinos, nuestros grandes gestores.
Recuerdo a nuestros viejos vecinos, gente adulta que trabajaba y se dirigía a sus trabajos, muchos industriales, muchos jornaleros, muchos obreros en sus camellos, conocidos también como las chanchas pedaleando muy temprano a sus trabajos, a sus jornadas en sus fábricas en esas bicis camello grandes y siempre recuerdo que ellos no llevaban implementos de seguridad, ni siquiera luces, con suerte reflectantes en las ruedas, con suerte un reflectante trasero. Siempre me llamó la atención la clásica presilla o el clásico perrito de ropa, unos palitos de madera que se los colocaban en el pantalón abajo en la pantorrilla para que el pantalón no se le enredara en la cadena. Siempre recuerdo eso y me llamó mucho la atención de niño como ellos se movían, se trasladaban a sus lugares de trabajo y en forma súper óptima, me quedó un poco instalado esta visión de la bicicleta como una herramienta de movilidad, como una herramienta política también, Los Prisioneros sonando, las protestas.
En la etapa adolescente, recuerdo haber tenido ya otras bicicletas un poquito más sofisticadas como las BMX y haber salido a callejear todo el rato en bici con mis amigos por las calles puro peluseando y disfrutando de la amistad arriba de una bici.
Recuerdos en torno a dos hitos fue haber visto una película que me rayó la cabeza y que también está vinculada a la bicicleta: Quicksilver, una película que salió por ahí por el año 86 que trataba sobre la historia de un joven corredor de la bolsa en Estados Unidos en Wall Street y de un día para otro le va mal y hace un cambio radical en su vida, se transforma en un punketa antisistema de lo que él en algún momento promovía y se transforma en un punketa de la bicicleta, se mete a trabajar de bikemessenger en la ciudad de Nueva York.
Esa película me rayó porque tenía un enfoque de ir contra un sistema y lo otro que me rayó ya avanzados los 80, por ahí por el año 88 fue el plebiscito, en esa época debo haber tenido 14 años y tenía amigos de 18 años que participaron en la campaña del No y aquel día del plebiscito del 05 de octubre, yo creo que el comando del No tuvo una muy buena visión de mover de cierta manera a unos chasquis en bicicleta para que pudiesen repartir y hacer conteo de votos por medio de todos los colegios del territorio en los distintos municipios y poder tener la información antes que el oficialismo, que lo único que hacía era mentir y tratar de generar sus propios cómputos y gracias a estos chasquis en bicicleta se logró tener el conteo general de los votos en la Región Metropolitana y seguro que en regiones también, en bici antes del oficialismo y eso conllevó a tener una garantía también, de que el proceso era limpio.
Ya a los 16 años cuando uno ya está metido en temas de música, destacar haber escuchado una gran banda que es The Smiths, tenían un video tremendo de un gran disco del año 86, 87 si mal no recuerdo que es la canción “Stop me if you think you’ve heard this one before” en donde Morrissey sale pedaleando por el barrio, por las calles de Manchester arriba de su bicicleta con un lote como de 20 chicos y chicas arriba de sus bicis con una actitud tremenda, creo que esas 3 cosas me llamaron mucho la atención de la bicicleta.
Después obviamente vino el periodo universitario y luego el periodo laboral. Ya con un poco más de acceso económico me pude comprar una bicicleta muy rica, una mountain bike en la cual empecé a hacer cerro y a la vez comencé a ir a mi trabajo en bici.
Por ahí por el 2002 mis rutas ya son en bici desde mi casa al trabajo. Pasado el tiempo en una empresa en la que estuve, nos tocó liderar un proyecto de sostenibilidad ambiental y políticas de sostenibilidad. Pude también meter el tema de la bicicleta y hacer algunas transformaciones en lo colectivo, dentro de todos los colaboradores que éramos aproximadamente 400 colaboradores, íbamos muy pocos en ese tiempo en bicicleta entre 5 y 8 compañeros, logramos generar un comité promovilidad, incentivar el uso de la bicicleta para que los colaboradores que vivían en torno a la empresa en la comuna de Providencia pudiesen dejar su auto en su casa y subirse a la bici, tuvimos una campaña muy positiva con apoyo y respaldo de la empresa y pudimos subir casi ya a más de 100 colaboradores a la bici, empezamos a ir a las cicletadas de los primeros martes más o menos del año 2009, llevé a Furiosos a la empresa dieron charlas, con toda una especie de gran desarrollo entorno a eso y fue una experiencia tremenda bajar a compañeros, compañeras del auto y subirlos a la bici.
Ese mismo año me empiezo a vincular a las organizaciones pro movilidad como Happyciclistas con quienes desarrollamos una serie de actividades, recuerdo en particular un proyecto social que hicimos en la población La Legua Emergencia, donde junto con el centro de cohesión social de la Universidad Diego Portales pudimos entrar a La Legua Emergencia durante 3 meses los días sábados. Trabajamos con 40 chicos menores en riesgo social que sus padres estaban en condición de cárcel y habían sido muchos asesinados por el narcotráfico o por las policías y vivían mucho con sus tías y abuelitas. Pudimos trabajar con ellos y hacer una gran labor en donde también la temática de la bicicleta estuvo siempre ahí presente como protagonista, los sacamos a pedalear por Santiago, les enseñamos el oficio de la mecánica de la bicicleta y desarrollamos un bonito trabajo, siempre me acuerdo de esa iniciativa.
Después vino el periodo del Muévete Santiago ahora conocido como Muévete que tuvo una acción y un desarrollo más político de instalarse de alguna manera en ciertos estamentos gubernamentales para poder propiciar los cambios desde ahí, desde el punto de vista de la infraestructura, políticas públicas, lo que fue el Mapocho Pedaleable también y bueno ahora en la actualidad estoy en el territorio de la comuna de La Reina donde habito en esta gran ciudad de la Región Metropolitana como es Santiago que es una ciudad maravillosa y creo que todos le hacemo un cariñito verdaderamente a nuestra ciudad con nuestras bicis, en nuestras rutas todos los días.
En La Reina ya hace un tiempo estoy levantando un proyecto, un colectivo territorial sobre movilidad sostenible con unos chicos y chicas que están súper motivados de poder generar construcción y poder propiciar una mesa de movilidad en la comuna con el gobierno local, nos ha costado un poco pero estamos en ese trabajo. Hemos hecho levantamiento de las carencias que tiene la infraestructura en la comuna y como poder subir a más gente a la bicicleta, también contarles un poco de algunas actividades donde hemos estado apoyando a los compañeros de Ciclistas por Farellones, que es una ruta que está un poco en el aire ahora de acuerdo con todo el estallido que vino y al problema de COVID-19 eso quedó un poco stand by pero es un proyecto de concesión de especie de autopista en el camino a Farellones que es una ruta clásica de los ciclistas deportivos y de ruta que quieren privatizar ese espacio entonces hemos estado luchando y dando la pelea también para que eso no ocurra.