Written by 8:00 am Mi primera bicicleta

Anamareto: “ La bicicleta es el motor que mueve almas”.

Soy Ana María Rendón Toro y Anamareto es mi sello personal. Nací en el 83´ y ese año a todas las niñas en Colombia les pusieron Anamaría; yo quería una identificación, un nombre propio y adopté este seudónimo que me ha acompañado más o menos 20 años. 

Tengo 35 años y vivo en Medellín, Colombia. Soy ciclista urbana desde el 2010 y todo empezó porque estuve viviendo un año en Nueva Zelanda, allí vi cómo las mujeres se transportaban en bici. Cuando regreso a Medellín digo ´qué chévere poderlo intentar´, pero obviamente siempre está ese sustico de los carros y de las motos. En Medellín se celebra el Día sin carros, ese día saqué la bicicleta del parqueadero, la limpié, le inflé las llantas y me fui a recorrer la ciudad, me pareció súper divertido y desde ahí empecé a ser ciclista urbana.

Devolviéndome un poquito a mi niñez, recuerdo que me enseñaron a montar mis hermanos mayores, que me llevan más o menos 10 años, entonces ellos ya estaban grandecitos cuando yo aprendo a montar en bicicleta. Recuerdo que mi primera bicicleta era toda amarilla, con las llantas amarillas, súper bonita. Estábamos en un parque y mi hermano me dijo “ok empieza a pedalear” y yo creí que él venía atrás y cuando miré no estaba y bueno me asusté un poquito pero no alcancé a caerme. 

Anamareto

Más adelante una tía hizo una rifa de una bicicleta blanca y dije ´esa bicicleta me la voy a ganar´ y efectivamente me gané mi primera bicicleta. Luego viene la universidad y uno deja un poquito abandonada la bicicleta. En 2010 me vuelvo a encontrar con ella. 

La bici que más recuerdo se llama María Antonia. Resulta que esa bicicleta con la que yo salí el Día sin carro no era mía, era una bici de acero, súper pesada, entonces cuando empecé a hacer recorridos más seguidos en la semana digo ´ok, creo que soy capaz de irme en bicicleta todos los días al trabajo, voy a regalarme de cumpleaños una bicicleta´. Creo que fueron los mejores 50 dólares invertidos de mi vida. Me compré a María Antonia estilo paletera, morada. Tenía una canasta que luego cambié, bueno aquí en Colombia hay unos canastos que son súper famosos con los que se recoge el café, pues bueno voy a una plaza compro el canasto y se lo adapto a la bicicleta, entonces digamos que María Antonia tenía vida y personalidad, además que mis amigos y a mi familia les parecía súper sonoro el nombre, éramos Anamareto y María Antonia.

Por esa época también empiezo con un blog “Anamareto sobre dos ruedas” donde cuento la historia de cómo me volví ciclista urbana, cuáles son las ventajas y de cómo enfrentar las calles de Medellín y dejar un poquito el miedo. El final de María Antonia no fue tan chévere porque se la roban en diciembre del año antepasado. Me fui de viaje en otra bicicleta y  cuando regresé dos días después la habían sacado del parqueadero. Sólo espero que quien la haya robado se la haya dado a una persona que realmente la esté disfrutando y que la disfrute más de lo que yo lo hice. María Antonia además fue un puente porque empecé a engomarme mucho más con la bicicleta, me transportaba de lunes a viernes en ella, pero llegaba el fin de semana y yo quería hacer recorridos muchísimo más largos, obviamente era una paletera, no era tan cómoda, pesaba un poquito, entonces me compré una bicicleta MTB y empecé a salir con amigos a hacer montaña con recorridos más fuertes y con más kilómetros. 

Esa bicicleta me la roban también, vuelvo y compro otra MTB y pasados unos años alguien me dice ´vamos a hacer una triatlón´ y yo digo pues no tengo bicicleta de ruta, ´no importa importa vamos a hacer una triatlón´ y yo ok vamos a hacer una triatlón. Compro una bicicleta de ruta y me meto a hacer mi primera triatlón. Entonces estamos hablando que en este momento yo tengo 4 bicicletas: una urbana que es el reemplazo de María Antonia y se llama Amarella tipo fixie amarilla y morada recordando esa primera bici que tuve, la segunda es una MTB, luego tengo la bicicleta de ruta con la que compito normalmente en triatlón  y tengo una bicicleta eléctrica que compré hace dos, tres meses y es la que estoy usando en estos días, ya que cambié de trabajo y queda en una cuesta y la verdad es que llegaba un poquito sudada y me costaba más subir esta cuesta. Así que decidí montarme en una bicicleta eléctrica, pero igual siempre que puedo salgo los fines de semana o en la todo terreno o en la fixie si es para paseos por lugares mucho más planos y pues obviamente está la de ruta con la que normalmente entreno. 

Yo uso la bicicleta todos los días. Un poquito de mi día a día antes del coronavirus, era que  salía al trabajo en la bicicleta eléctrica, regresaba del trabajo, dejaba la eléctrica, cogía a Amarela la bici urbana y me iba a entrenar natación o running y luego volvía a la casa. Los días sábado y domingo son días de entrenamiento a doble jornada en triatlón, entonces algunos de los días siempre tenía bicicleta e intentaba que al menos una vez al mes pudiera salir en la MTB hacer un paseo en un terreno más montañoso.

Les diría a las personas y sobretodo a las mujeres que quieren salir a montar en bicicleta y que quieren empezar a usar la bicicleta como medio de transporte, que yo sé que van a sentir miedo, yo también lo sentí en su momento, pero tienen que empezar a buscar y a planear esos recorridos para tener más seguridad. Yo por ejemplo los domingos aquí en Medellín abren las ciclorutas, que son una avenidas principales donde se puede ir en la bici. Entonces empecé a irme en esas ciclorutas simulando ir al trabajo el domingo y así me fui aprendiendo el recorrido y ya cuando lo hice normalmente en la semana, pues era muchísimo más fácil y sencillo y no sentía tanto miedo. La otra cosa es ir despacio, tomarse el tiempo, no acelerar y esto es súper importante: no ir con nada de distracción, no llevar audífonos y estar súper atentos a los vehículos, a veces los vehículos no nos ven o no falta el irrespetuoso que hace un giro a la derecha y no le importa que te vea ahí detrás. Siempre debemos adelantarnos un poquito a las acciones que vayan a hacer quienes vayan en vehículo o motocicleta y tercero disfrutar mucho el viaje, sonreír y de una forma más tranquila pues igual la bici te comienza a  transmitir un poquito esa paz y energía. La recompensa para mi es salir del trabajo montarme en bicicleta y ver el atardecer llendo a mi casa en bicicleta. La bicicleta es el motor que mueve almas y no olviden sonreír siempre que van en una bici.

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Etiquetas: Last modified: mayo 21, 2020
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