Alegría, alegría. Saquen los panderos, hagan sonar las campanillas que finalmente se aprobó la famosa ley CATI, que crea el Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones. De ahí las siglas CATI.
Por Michelle Raposo
Fotos: Revista Pedalea
La ley es famosa, entre algunas cosas porque se tramitó por casi nueve años, porque es un paso en pos de disminuir las muertes por siniestros de tránsito y porque reflota una antigua ley de fotorradares que dejó una muy mala impresión. Hablaremos un poco más de eso más abajo.
“Esta ley ha sido el empuje de varias administraciones. Esto me gusta recalcar porque es el fruto de una política pública exitosa que traspasa y trasciende colores políticos porque se entendió finalmente de que esto es un cambio que necesita nuestro país para dar el salto en materia de seguridad vial del país”, comentó Karina Muñoz, Secretaria Ejecutiva de Conaset, en una entrevista en radio Sonar.
¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo y dónde?
Solo una de esas preguntas tiene una respuesta clara. El resto está aún en proceso.
La creación del CATI, significa que ahora el Ministerio de Transporte también va a estar capacitado para procesar infracciones de tránsito. Hasta antes que saliera la ley esto estaba solo permitido a Carabineros e inspectores fiscales.
Como ahora es automático, lo que hace es desarrollar un poco la labor que tenían los juzgados de policía local, y por otro, entrega un apoyo sustantivo a la labor de Carabineros”, agregó Karina en sus declaraciones.
Las infracciones que van a estar observando son cuatro:
- exceso de velocidad
- pasarse las luces rojas
- salir cuando hay restricción ambiental
- y otras como infracciones a normas de transportes terrestre, susceptibles de captación automatizada (uso de vía exclusiva).
El funcionamiento será mediante una red automatizada, debidamente señalizada en las zonas de control y el sistema se hará cargo de la detección, notificación y tramitación de las infracciones, explicó el ministerio de Transporte.
Las zonas de control por su parte van a estar debidamente señalizadas, con información clara y precisa.
Los ingresos que se recauden por concepto de las multas irá en un 85% al fisco y un 15% al fondo común municipal. Esta es una gran diferencia en comparación a proyectos pasados en que cada comuna lo administraba a su pinta.
Trabajando de cabeza
Una vez que la Ley CATI se publique en el Diario Oficial, el ministerio tiene 6 meses para emitir un reglamento, que también define los puntos donde se van a instalar las máquinas.
La metodología estará basada en los lugares donde se concentra la mayor cantidad de siniestros de tránsito. Y cruzar esa información con las zonas donde se concentran las muertes por siniestros de tránsito. Eso a nivel nacional, ya que no se privilegia ninguna región por sobre la otra.
“Ahora se nos viene la parte más complicada, un proceso bastante fuerte en el que Conaset va a seguir apoyando para que la implementación sea la adecuada”, dijo la secretaria ejecutiva de la entidad.
La idea es aprovechar al máximo estos seis meses para que la reglamentación del Centro se genere de forma adecuada, considerando entre otros detalles las conexiones de software y el uso de las cámaras de manera correcta.
Disminución de muertes
Como dato, en 2019 se cursaron 184.040 infracciones de velocidad en Chile. Esto equivale a sólo el 3,2% del parque vehicular (5.599.733 unidades). Este bajo porcentaje finalmente crea una sensación de impunidad en los conductores, porque las probabilidades de que les pasen un parte son bajas. Y se sabe que nadie respeta la velocidad máxima.
Por otra parte, desde el lado de los fallecidos las cifras son desalentadoras. En promedio se estima que son cerca de 2 mil personas que mueren cada año en siniestros de tránsito. Visto de otra forma, son 5 personas en promedio que mueren por causas evitables.
“Y la fiscalización aparece como unas de las medidas más efectivas para modificar conductas en el corto plazo”, agregó Muñoz en la radio.
Las zonas de las cámaras van a estar muy bien señalizadas. “Aquí se cambia la lógica que tuvo la implementación de los fotorradares a principio de los 2000, fines de los 90s”.
La finalidad, indicó Karina en la entrevista, “es disuadir estas conductas de alto riesgo. Modificar las conductas en el tránsito con el objetivo final de evitar las muertes”.
Esto porque la velocidad es una de las principales causas de muerte en Chile y el mundo. La evidencia internacional dice que se puede reducir la cifra de siniestros con resultado fatal en hasta casi un 60%. Por otra parte, la fiscalización ha permitido disminuir hasta 25% de las infracciones de este tipo durante el primer año.
Si todo sale de acuerdo a lo planeado, de aquí a un año más ya deberíamos ver el CATI dando sus primeros pasos.