¿Qué tan osado se tiene que ser para emprender en bici en estos momentos? “Yo creo que se le ocurre emprender en estos tiempos difíciles a una persona con muchas necesidades de independizarse, de ser su propio jefe, de administrar sus tiempos, su dinero también, y de no estar matándote más de ocho o nueve horas en un trabajo que ni siquiera te hace feliz”, cuenta Nicolás Valdebenito, el creador de Café Pedalea.
Por Michelle Raposo
Fotos: Nicolás Villa, Victor Rojas
Ya son dos los meses que ha estado full con su emprendimiento de café de grano. Previo a eso, Nicolás, de profesión periodista, se dedicó al fotoperiodismo. “Hice algunas coberturas importantes, estuve como 13-14 años en eso. Ya después cubrí el estallido, de principio a fin, la pandemia, y vi cosas que me dejaron un poco colapsado. Al terminar la pandemia me dije que tenía que dar un giro a mi vida, porque me estaba matando por dentro. Aparte que los trabajos no estaban buenos, las empresas también pagan cada 90 días, y no se puede vivir prácticamente así. Tú no vas al supermercado a que te pasen un producto y que se los paguen en 90 días”, cuenta Nicolás.
Ese cúmulo de situaciones fue lo que hizo tirarse a la piscina. Invirtió en una cargo bike (también hace servicios de mensajería), y los implementos para su cafetería ambulante.
Café a tracción humana
Desde el año pasado que Nicolás andaba con la idea de Café Pedalea. “Me encanta el café, me encanta moverme en bicicleta y dije ¿por qué no? ¿Qué es lo peor que puede pasar? Nada. Así que rompí con muchas cosas al interior de mí, y me lancé sin vergüenza, sin miedo al éxito”.
Antes de lanzarse hizo un estudio de mercado donde entrevistó a más de 70 personas de las comunas de Santiago e Independencia. “Y la mayoría de la gente decía, ¡sí, hazlo! Porque yo no lo he visto, y si lo viera por ahí, me acerco y te compro el café. Porque de repente no tienen tiempo en la mañana para ir a una cafetería y esperar 15 minutos a que lo atiendan. En cambio yo en tres minutos tengo el café listo, calientito”.
Junto con eso, hizo un curso de barista y se dedicó a estudiar todo lo relacionado con el café. Así fue como llegó a su cafetera de espresso marca Rok, que la gracia que tiene es que funciona de forma totalmente manual, y está hecha con partes recicladas de aluminio y acero de basurales de la India.
“Lo que quiero con este emprendimiento es que no contamine, que tampoco genere ruidos, como para descontaminar también la ciudad de todo este caos de ruido que hay. Aparte que no necesita ni electricidad, ni gas, no contamina nada. Estudié estas maquinitas al principio un par de semanas, hasta que pude comprarla. Fue una inversión entre mi polola y yo”.
Detrás del Café Pedalea hay un fuerte concepto de sustentabilidad. Los vasos están hechos con caña de azúcar, y la borra del café también se recicla. “Todo el sobrante del café, que también tiene mucho nutriente, se puede reciclar. Lo puedes convertir en abono, para hacer compostaje, para hacer cocina también, de hecho hay una marca de café también que hace brownies, queque, galletas de avena, con la borra del café. Se usa mucho en los huertos comunitarios, yo la uso en las plantitas, en el pasto, y te potencia tremendamente la tierra. También se hace exfoliante para la piel”, agrega.
La cafetería está montada sobre una cargo bike y también fue hecha completamente a mano con muebles que ya estaban en desuso, y elementos reutilizados de otras partes.
“Este es mi primer prototipo, me gustaría mejorarlo más. Cambiar la imagen, hacerlo más llamativo, colocarle un logo”.
Eso sí, a pesar de ser un primer acercamiento del diseño final que quiere Nicolás, hay un elemento que no pasa desapercibido de esta cafetería móvil y es su pizarra.
“Yo soy fanático de la música y me gusta mucho Cerati, así que puse una frase de él y la gente empezó a sacarle fotos, me preguntaban por las redes sociales. La cosa es que ahora todos los días pasa gente y se quedan pegados, me etiquetan en sus fotos, o escriben sus propias frases”.
La parte menos linda de emprender
Es lindo emprender, pero no hay que olvidar todo el papeleo detrás. “Leí muchas cosas, sobre otros emprendimientos relacionados con el café y emprendimientos que tienen que ver con bicicletas. Me fui mentalizando, si voy a vender café, ¿qué necesito? Vasos que no sean plásticos, que sean de papel. En el pago, hoy toda la gente anda con tarjeta para todos lados, casi no se usa el efectivo, y por un tema de seguridad también, por los asaltos. Así que dije tengo que buscarme una maquinita y que tampoco entregue boleta, porque el voucher yo lo puedo enviar al correo”.
El trámite para sacar la máquina de pago fue muy fácil cuenta Nicolás. Hizo el trámite en el BancoEstado con su rut y no le tomó más de media hora. El monto que se vende se deposita al día siguiente en la cuenta, y si es feriado, se deposita al día siguiente, para que lo tengan en cuenta.
“Al final te vas dando cuenta de que ya no hay excusa para que la gente no te compre, y tampoco no hay excusa para no estar vendiendo. La maquinita te sirve con todo medio de pago, también hay transferencias en efectivo, y con el efectivo me voy organizando; siempre saco un poquito de sencillo para estar dando vuelto”.
En cuanto a los otros papeleos, Nicolás se encuentra hace unos seis meses tramitando sus papeles en la municipalidad. Esta es quizás la parte que más tiempo y recursos puede tomar. “Sí representa un gran gasto de plata. Por un papel pueden cobrar 30 mil pesos, más otros documentos que tienen que ir sacando. Solamente por la resolución sanitaria del Seremi tuve que pagar 50 mil pesos. Y cuando están emprendiendo esas lucas cuentan, y corro el riesgo de que no me den la patente y pueda perder esa inversión”.
Son parte de los riesgos de comenzar un emprendimiento. “Otro riesgo que me tocó vivir fue tener que guardar todo abruptamente, dejando a clientes ahí como a la espera, porque llegaron Carabineros y empezaron a partear y alcancé a zafar, pero he tenido suerte. Igual puede tocar un día que me pasen un parte, y la bicicleta no me la van a tratar con amor, y ese es el sacrificio y el riesgo que uno corre trabajando en la calle”.
En todo caso, después de todo ese proceso, este emprendimiento ha sido un alivio para Nicolás. “Trabajo solo, me despejo todo el día, comparto con personas, me estoy moviendo de aquí para allá, y como está la situación del país hoy en día, siento que este proyecto me acomoda bastante, porque me da libertad. La verdad es que en estos tiempos difíciles yo creo que todo se puede. Siento que siempre estamos con miedos. Y la verdad es que me atreví, renuncié a muchas cosas para estar tranquilo”.
Lo otro es que al ser algo nuevo, un proyecto que es bonito, que no contamina, a la gente le encanta. Sobre todo, ahora le tocas una fibra a la gente, cuando le cuentas que no contamina; se acercan de una forma amigable a decirte, oye, ¿me puedes contar más de esto? ¿Qué haces con lo que botas acá? ¿Dónde pasas a botar esta basura? Y como te decía, se recicla en los centros de reciclaje de Independencia, y la borra del café se distribuye también en algunos puntos y en los huertos comunitarios. Para los que circulen por el área de Independencia con Gamero, podrán encontrarse con Café Pedalea, pero para mayor seguridad de donde va a estar situado -también va a Santiago- pueden seguirlo en sus redes sociales.