Con el relanzamiento del libro “Mi hermano Sergio” y una cicletada patrimonial, se homenajeó a los ciclistas detenidos y desaparecidos hace 50 años.
Por Michelle Raposo
Fotos: Víctor Rojas
Este 20 de julio se cumplieron 50 años de la detención de los ciclistas Sergio Tormen Méndez y Luis Guajardo Zamorano. Como parte de las actividades de conmemoración, el viernes se realizó el relanzamiento del libro “Mi hermano Sergio” del auto Ítalo Hernández. El domingo 21 desde Ciclolumpen organizaron una cicletada desde Londres 38, para luego pasar por la calle San Dionisio 2554, la plazuela Sergio Tormen en Maratón con esquina Los Alerces, finalizando el recorrido en la escotilla 8 del Estadio Nacional.
Este año, cuenta Carolina Flores, vocera de la organización ciclista, tiene un cariz especial por la fecha. “Lo que quisimos hacer como colectivo Ciclolumpen fue hermosear el monolito que levantaron los vecinos hace varios años atrás en la comuna de Macul, para darle una connotación más vecinal, ya que en su época Sergio era un respetado joven que trabajaba en la comunidad. Tenía muchos buenos amigos. Además, participaba en las actividades del velódromo. Y bueno, era como un ejemplo para los jóvenes, porque también tenía reconocimientos ciclistas en distintas competencias”.
Por otra parte, “también quisimos rememorar su vida en el barrio, que era un barrio incipiente cuando se instaló la familia Tormen, y que luego quedó marcado por este suceso que afectó la vida de todos ahí, no solamente en su hogar, sino que en su círculo cercano y extendido”.
Una historia de resiliencia y comunidad
La realización todos los años de esta actividad, cuenta Carolina, no solo busca recordar la trágica desaparición de Sergio y Luis, sino también destacar la resistencia y resiliencia de la comunidad y la familia de Tormen.
“También es un momento de agradecer a la familia, porque continuó con el legado ciclista. La idea en un inicio era lograr tener acceso al velódromo a modo de lograr que ese lugar, aún habiendo adquirido el nombre de velódromo Sergio Tormen, fuera un lugar que estuviera un poco más activo para la población que está alrededor del velódromo”.
Un momento importante de este momento histórico, fue el cambio de nombre del velódromo, sin embargo, se mantiene el sentimiento de que podría aprovechar mejor esa locación.
“Incluso en el momento en que se hizo este lanzamiento con el cambio de nombre, los mismos vecinos decían que esperaban que esto signifique que también haya una intención de que los jóvenes de la población tengan un poco más de acceso a este centro deportivo, porque sentimos que la población está un poco abandonada”.
En el caso de la placa conmemorativa tampoco tiene mucha visibilidad ya que está al interior del recinto. Ahí surge la pregunta si “esto fue algo simbólico más que nada, o realmente está la idea de reivindicar un lugar para los vecinos. Hablando con la familia, efectivamente fue un gran gesto haberle cambiado el nombre al velódromo, pero también les gustaría ver ese lugar en el cual ellos tuvieron tantas felicidades que fuera un poco más participativo”.
La importancia de recordar
Le preguntamos a Carolina cuál es la importancia de seguir organizando este tipo de actividades todos los años.
“Creo que en la sociedad que vivimos igual hay un crecimiento importante y preocupante de discursos negacionistas, y de la validez o invalidez de utilizar métodos de fuerza para callar a la población. Creo que es importante que recordemos que lo que atravesó nuestro país en la dictadura afectó de forma transversal”, reflexiona.
En ese sentido, no tenía que ver tanto con una persecución política, sino también con un abuso de poder.
En el caso de los detenidos desaparecidos, “la gente nunca ha podido saber dónde están sus restos. Entonces ha destrozado familias que están en esa situación de constante búsqueda. Creo que principalmente, realizar este tipo de actividades, como lo hemos conversado en varias ocasiones con la familia, resignifica la tragedia que fue para ellos. Que tanta gente lo conmemore y tenga recuerdos valiosos sobre su trayectoria como ciclista, su pasión por la bicicleta; también su fraternidad, su solidaridad con sus compañeros, y que todo eso se recuerde, también es una forma de sanación”.
Un llamado también es a reconstruir una historia nueva, reconociendo todos esos elementos que han marcado a tanta gente. “Creemos que mientras no haya procesos de sanación también de las intergeneraciones, es necesario realizar esto hasta que la sociedad diga, ok cómo lo enfrentamos, qué hicimos. Hay que aprender a vivir con ese dolor, pero ese dolor puede resignificar en la memoria”.
¿Qué es Ciclolumpen?
Además de sus actividades conmemorativas, el club social, cultural y deportivo Ciclolumpen trabaja en la promoción del uso de la bicicleta en la ciudad. «Partimos con un cooperativismo en bicicleta, compras colectivas y la enseñanza de la mantención de bicicletas para fomentar la autonomía de los ciclistas», explica Carolina. La organización busca visibilizar a la bicicleta no solo como un medio de transporte sostenible, sino también como una herramienta para descongestionar las calles y fomentar una nueva forma de interactuar con la ciudad. «Estamos en proceso de obtener la personalidad jurídica para realizar actividades vinculadas a la cultura y la difusión del uso de la bicicleta», agrega.