Mucho se habla de la muerte de personas y poco o nada de la cantidad de quienes quedan lesionadas tras un siniestro vial. Conducir no atento a las condiciones del tránsito provoca 25.000 siniestros al año y más de 12.000 personas lesionadas en nuestro país.
Por Daniela Suau Contreras
La distracción que ocasiona manipular un celular durante la conducción desvía la atención de todas aquellas actividades esenciales, genera que el conductor desvíe la mirada de la vía, quite las manos del volante, se salga de la ruta, se detenga o disminuya la velocidad intempestivamente, aumentando el riesgo real de generar un siniestro vial grave.
Al hacerlo se aumenta en 27 veces la probabilidad de conducción distraída y en tres veces la posibilidad de atropellar a un peatón, quintuplicando la probabilidad de participar en un siniestro vial. Es tan grave esta falta, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que manipular un celular al conducir, es similar a manejar en estado de ebriedad.
Es por esto que la entrada en vigencia de la Ley No Chat en Chile, proyecto que fue aprobado por una amplia mayoría en la Cámara de Diputados con 130 votos a favor, cobra tanta importancia.
Para comprender la relevancia de esta nueva normativa, decidimos ir en busca de la ONG No Chat, que lideró la iniciativa que hoy es ley y que desde 2014 trabaja por disminuir la tasa de siniestralidad vial por el uso del celular o chat al momento de conducir.
Conversamos con Claudia Rodríguez, matrona de formación profesional, directora ejecutiva de la ONG No Chat y presidenta del Consejo de la Sociedad Civil de la Subsecretaría de Transportes.
“Hemos normalizado una conducta muy riesgosa y eso nos ha ocasionado un aumento de siniestrabilidad vial, pero sobre todo un número que a mí me impactó y que la cantidad de lesionados que deja esta causa, más de 25.000 siniestros al año y más de 12.000 lesionados. Es un tema súper grave. El uso del celular ha sido una causa que ha aumentado estas cifras en los últimos 5 a 8 años, entonces se hacía necesario tener una ley que evidenciara que no solamente la velocidad o conducir bajo efectos del alcohol está matando personas, genera fallecidos, lesionados y víctimas, sino que también la distracción por dispositivos móviles”, afirma la especialista.
Según nos cuenta Claudia Rodríguez, no tuvieron mucho apoyo de las autoridades recién pasadas del Ministerio de Transporte, así que el trabajo para justificar su pertinencia, argumentar con datos, evidenciar y convencer a quienes debían aprobarla, fue puro empuje y convicción de la sociedad civil, durante largos siete años.
Si bien el uso del celular al conducir ya estaba prohibido en Chile por la Ley de Tránsito, estaba asociado a llamadas telefónicas, entendiendo que la forma de comunicarse era a través de una llamada y no la forma de comunicarnos que tenemos hoy día, que es por mensajería. “Lo nuevo que incorpora la Ley No Chat, es que deja explícitamente claro que lo que se sanciona es la manipulación”, explica la directora de la ONG.
Andar con el celular en la mano y mandar un audio, mandar un video, grabarte cuando estás conduciendo, sacarte selfies y todo lo que genere interacción con una pantalla, es lo que hoy día se considera manipulación y está prohibido. Esa es el alma de la Ley No Chat.
La otra novedad es que antiguamente la sanción era grave y ahora se considera gravísima, que es la máxima penalidad que tenemos. Esto permite aumentar la multa de 1,5 hasta 3 UTM, inclusive con suspensión de la licencia de conducir en caso de conductores que sean reincidentes, quienes arriesgan a perderla hasta por 90 días. Dentro de las faltas gravísimas en Chile, se encuentran pasarse una luz en rojo, un disco Pare y la Ley No Chat está en esa categoría.
Dispositivos GPS y portacelulares
Gracias a la tecnología, en la actualidad son muchas las personas que usan aplicaciones que asisten su conducción, por medio de la georreferenciación, para trazar sus rutas, ya sea en vehículos motorizados o en ciclos.
Claudia Rodríguez nos cuenta que son muchas las preguntas al respecto que les han hecho a la ONG No Chat sobre este tema, por lo que ella aclara que: “Todas las plataformas que guíen la conducción se pueden usar, sólo si lo hacen por voz. Durante la conducción, lo que no se puede hacer es ir revisando la pantalla o ir poniendo la ruta de nuevo”.
La nueva normativa -explica-, viene con un cambio de comportamiento, que es lo más difícil de conseguir, donde la recomendación es que las personas, antes de subirse a la bicicleta, a la moto o al vehículo, busquen y tracen la ruta, de manera que les vaya guiando en la conducción, sin necesidad de manipular el celular.
Con los portacelulares, cuenta la profesional, “también está muy claro en el reglamento, los puedes usar mientras no obstaculices el entorno al momento de conducir. Esto, porque hemos visto portacelulares en el manubrio, abajo del espejo retrovisor o arriba del manubrio, lo que puede generar más puntos ciegos y eso es lo que no queremos. Las manos siempre tienen que estar en el manubrio y cuando vas chateando y manipulando la pantalla en el portacelular, el manubrio queda a la deriva y esas son conductas distractoras muy riesgosas”.
Los exceptos de la ley
Además de castigar con mayor severidad conductas irresponsables al volante, relacionadas al uso de celulares y de otros dispositivos móviles, la ley es clara al decir que los elementos prohibidos son aquellos no originales del vehículo, por lo que le preguntamos a la directora de No Chat, cuáles dispositivos móviles se consideran como originales.
“Esta ley quedó con dos exceptos. Uno, es que se puede utilizar el celular cuando usas manos libres, donde los GPS por audio o por voz también entran y, el segundo, tiene que ver con todos estos vehículos que vienen ingresando al país y que ya incluyen una pantalla digital. No quiere decir que ésta sea más segura en esos autos, porque el riesgo de manipularla es el mismo, sin embargo, como no podíamos incluir ese tema en la ley, porque obligaría a todos los conductores a sacar esas pantallas, quedó ese excepto. No es sujeta de ser sancionada, pero lo que dice la ley es que no se puede manipular durante la conducción”.
Por supuesto, agrega Claudia, si en la fiscalización te descubren ‘in fraganti’, digitando o interactuando con la pantalla del automóvil, te van a multar. Sin embargo, aclara que mientras no tengamos la Ley CATI -proyecto que crea un Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones (CATI)-, cuyo propósito también apunta a fiscalizar este tipo de prácticas a través de las cámaras viales, va a ser difícil el ‘in fraganti’. “Los otros países que tienen esta fiscalización o esta ley, pero más severa que la nuestra y con penas mucho más altas, utilizan las cámaras viales para fiscalizar la normativa. Por eso queremos mucho que salga el proyecto”.
El rol de la fiscalización
Si bien esta ley aplica para todos los vehículos en general, es decir, motorizados, eléctricos y a energía humana, su origen siempre estuvo pensado en el vehículo motorizado. Es por esto que la ONG No Chat está orientando la fiscalización de Carabineros “hacia los vehículos motorizados, vehículos mayores y motos, y dar recomendaciones a los más vulnerables, como ciclistas y peatones. Los peatones quedan excluidos de esta ley, pero queremos recomendarles que no caminen distraídos, porque es otra conducta que vemos bastante”, cuenta Claudia Rodríguez.
No obstante, como en todo marco normativo, la fiscalización por sí sola, al igual que la ley por sí sola, no sirven en absoluto: “Esto es un conjunto de variables y de intervenciones que van en búsqueda de cambios de comportamiento que se sustenten en el tiempo. Cómo generar estrategias para tener una movilidad segura basada en comportamientos, donde no necesitemos la cámara, la ley, sino que entendamos que son conductas incompatibles, son riesgosas y cuando tú asumes un riesgo, como usar el celular, ir bajo los efectos del alcohol o a exceso de velocidad, tomas consciencia de que puedes morir o matar a alguien más. Y ese es un trabajo que hay que hacer no solamente desde la mirada de transporte, tiene que tener educación, salud, es bien amplia la dimensión a tratar. A eso es a lo que apuntamos, esta es una ley que viene a buscar una mejor convivencia vial y para eso necesitamos estrategias a largo plazo”, comenta la especialista.
A su juicio, tiene que ser un trabajo colaborativo, para una coconstrucción de la movilidad segura se necesita de la sociedad civil, de las autoridades, así como de robustecer las instituciones que tenemos hoy día: “Conaset no puede seguir siendo tal como ha venido existiendo, con la política del reflectante, que muchas veces era su rol, pero no nos sirve, ya no sirvió. Necesitamos cambiar la institucionalidad, robustecerla y para eso volver a la esencia, que es transformarla en una agencia. Que esté alojada en el MTT es otra cosa, pero es un órgano interministerial que depende de 10 ministerios y tiene que aunarlos y convencerlos, porque la violencia vial es un tema de seguridad pública, es una mirada poblacional. Con la mirada solamente de transportes no vamos a cambiar conductas, es imposible. Ahora tenemos que aprovechar que tenemos autoridades que tienen todas las fichas puestas en generar ciudades amigables, sostenibles, activas y saludables. Qué mejor escenario que ahora”.
Para generar este cambio de comportamiento en la ciudadanía, coincide con la importancia de campañas en TV abierta y en radio, para evidenciar que se trata de un problema país. “Nos sorprendemos de la pandemia y de la cantidad de fallecidos, pero la siniestralidad vial en Chile es una locura, está desatada. Tenemos que poner las fichas muy estratégicamente para lograr todo lo que hemos suscrito en los tratados y acuerdos, la visión cero, reducir en 30% los fallecidos. De hecho, el gobierno del presidente Boric dijo 50% y vamos por eso, pero algo hay que hacer, hay que cambiar las estrategias. Hay que hacer cambios reales, profundos, porque no se pueden seguir sosteniendo las muertes ni la violencia que estamos viendo. Menos cuando hay políticas macro que nos están incentivando a mejorar las ciudades, a fortalecer la movilidad activa y saludable, así que debemos cambiar la visión”, concluye.