Llegó marzo. Damos por cerradas las vacaciones oficialmente y oficialmente también comienza a prepararse el ambiente para la marcha del 8M. (Aprovechando que han leído hasta acá, las dejamos invitadas a participar del bloque ciclista feminista #8MPedalea, desde las 17 horas en la Plaza de la Aviación).
Por Michelle Raposo
Fotos Víctor Rojas
Para darle el puntapié al 8M como corresponde, hablamos con Karina Nohales, abogada y una de las voceras de la Coordinadora Feminista 8M, sobre su primera bici, la influencia de estas en el feminismo, sus pedaleos entre Santiago y Maipú y como se viene la mano en cuanto a activismo este 2023.
Autonomía del tiempo, del cuerpo y el pensamiento
Karina tendría unos 7 años cuando su hermana mayor le enseñó a andar en su bicicleta, sin rueditas laterales, aclara. “Lo recuerdo perfectamente, fue en el pasaje de al lado al que vivíamos en Puente Alto, Villa Andes del Sur. Recuerdo que ella iba afirmando la parrilla de la bicicleta mientras yo andaba y en un momento me soltó. No me di cuenta enseguida de que estaba pedaleando sola y cuando caí en cuenta la emoción fue tremenda. Obviamente en ese mismo instante empecé a tambalear”.
“Mi abuelo materno, al enterarse que yo había aprendido, me regaló mi primera bicicleta. Era una bicicleta Cic, esa que sale en la película “Machuca”, que tiene la parrilla incorporada en el marco y que frena contrapedal, freno torpedo. Era roja y azul y había sido antes de un primo mayor mío. Mi abuelo vivía en el campo y la bicicleta había estado guardada por años en un gallinero. La desempolvó, la limpió y arregló, la dejó bien bonita y me la regaló. ¡Fue una felicidad enorme! Recuerdo que estaba muy contenta cuando tuve mi primera bicicleta”.
Desde ese momento, la bici se volvió una compañera de Karina. “He tenido períodos de uso más intensivos -cuando vivía en Puente Alto subía cada tanto al Cajón del Maipo los domingos, iba a desde Puente Alto a La Florida de manera habitual porque participaba en una Biblioteca Popular en cada una de esas comunas- y luego, ya viviendo en el centro, para trasladarme y pasear cotidianamente. También con mis amigues nos organizamos por mucho tiempo para ir en grupo a Valparaíso los 8 de diciembre”.
– ¿Cuál fue la sensación que te dejó esos primeros pasos en la bici y de lo que podías hacer?
Creo que la principal sensación que me brinda pedalear es la autonomía. La autonomía del tiempo -que en la bici depende la planificación que haga una misma-, la autonomía del cuerpo y del pensamiento, que tan intensamente se involucran, se desarrollan y se despliegan en su capacidad y libertad durante el pedaleo.
Hablando de autonomía, Karina se va a su trabajo desde Santiago Centro hasta la plaza de Maipú. “Son 14 kilómetros de ida, me demoro 45 minutos aproximadamente, y 14 kilómetros de vuelta, que me toman casi una hora, porque la vuelta es en subida. Hago casi todo el trayecto en ciclovía, lo que a veces es un poco más lento, pero sin duda más seguro”.
Como consejo para las mujeres que están pensando si irse en su bici, la vocera del CFM8 comenta que lo principal es la seguridad. “Usar casco siempre, tener la bici en buen estado, cuidar la piel del sol, planificar la ruta antes de salir y elegir siempre la que en términos viales sea más segura. No importa demorarse más, debemos privilegiar la ruta que brinde mayor seguridad vial”.
Por último, a las mujeres que estén pensado en incorporar el pedaleo a su rutina cotidiana y que puedan tener algunas dudas o temores al momento de empezar, les aconsejo que confíen en la capacidad hermosa y sorprendente que tienen nuestros cuerpos. Es algo con lo que nos podemos encontrar cada día y que brinda un increíble bienestar físico y mental. A veces cuesta empezar, pero una vez que ya lo hacemos lo que cuesta es volver al metro o a la micro.
El escándalo de las mujeres en bici
Son muchas las batallas que han sorteado las mujeres en la historia para ganar grandes derechos, o incluso, cosas que parecen simples, como subirse a una bicicleta. Algo que parece inocente ahora, pero que no lo era hace más de cien años.
– ¿Cómo dirías que la bicicleta ha influido en la independencia de las mujeres?
Es una pregunta llena de historia. Sabemos que la invención de la bicicleta y la masificación de su uso tuvo un impacto muy potente en la vida de las mujeres, que introdujo cambios en la vestimenta, que potenció enormemente la libertad y la autonomía.
También sabemos que, como siempre, existió una ofensiva conservadora en contra de su uso femenino, se levantaron campañas de miedo que decían que la bicicleta era perjudicial para nuestra salud y también se buscaba, por ejemplo, prevenir la supuesta excitación que podría producirnos el sillín. Todo esto suena gracioso con 130 años de distancia, pero en realidad las mujeres tuvieron que afinar sus argumentos y dar sus batallas por entonces para defender su derecho a pedalear. La historia de la bicicleta, para nosotras, ha sido como toda la historia del feminismo, con mucha lucha de por medio.
Hoy en día, pienso que su uso sigue afirmando muchas de las cuestiones que se afirmaban antes. La bici sigue reforzando en nosotras la autonomía, la sensación de libertad, la decisión y la autoconfianza. De muchas maneras nos hace más fuertes.
Karina sabe moverse entre el activismo y la política, y batallar por los derechos, no solo de las mujeres sino para una mejor sociedad.
La abogada se integró a la Coordinadora Feminista 8M, “antes de que se constituyera como tal, en la preparación de la marcha del 8M de 2018. En ese momento yo participaba en la organización de la marcha como integrante del Comunal Santiago Centro de NO+AFP. Pocos meses después, en el contexto del “Mayo Feminista”, participé del proceso en que se decidió conformar la Coordinadora Feminista 8M, organización que nace con el objetivo de transversalizar el feminismo en el conjunto del movimiento social e impulsar la Huelga General Feminista en Chile, ello en un marco de independencia de las cúpulas eclesiásticas, de los grandes gremios empresariales y respecto de los partidos que han administrado políticas precarizadoras.
Apropiarse y relacionarse con la ciudad de otra manera
Para el proceso Constituyente, fue candidata de CFM8 por el Distrito 10, en la lista independiente de Movimientos Sociales Constituyentes junto a compañeros y compañeras de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes de Chile, del Movimiento por el Agua y los Territorios, de la Red de Actrices de Chile, de la Defensoría Popular de las y los Trabajadores, de NO+AFP y de organizaciones territoriales.
“La lista no obtuvo ningún escaño en la Convención, sin embargo, la candidata de la Coordinadora Feminista por el Distrito 12, Alondra Carrillo, fue electa con alta votación e integró la Convención. Junto a otras compañeras de la misma organización, fui parte de su equipo durante el proceso constituyente”.
– Durante tu campaña también organizaste cicletadas ¿cuál dirías es el elemento más político de la bici? ¿Qué tiene, o qué aporta, en estos casos de congregar a la gente o como un punto de vista incluso de cómo vivir?
Sí. Durante la campaña se organizaron cicletadas. Ahí jugó un rol clave mi compañera de la Coordinadora Feminista 8M, Javiera Manzi. Pedalear, para las mujeres, es apropiarse y relacionarse con la ciudad de otra manera. Muchas veces las calles son lugares que sentimos peligrosos, pero en la bicicleta experimentamos los mismos lugares desde el disfrute, el goce y la libertad colectivas, desde el cómo nos gustaría que sea siempre. Un pedacito del futuro que deseamos. Cuando nos apropiamos colectivamente de los lugares nuestra relación con el espacio se transforma y nos volvemos, además, visibles.
Los desafíos del feminismo para el 2023
– Después del plebiscito de salida como que se desmoronó un poco el trabajo que se estaba haciendo de activismo. Podríamos decir incluso que se perdió la motivación. Desde tu visión ¿cómo se viene el 2023 en ese aspecto? ¿Qué es lo que faltaría por hacer?
Es natural que después de perder una apuesta colectiva, como fue la apuesta de terminar con la Constitución de Pinochet consagrando derechos y aspiraciones por las que nos hemos movilizado largamente, los ánimos de los sectores organizados decaigan, pero es en esos contextos cuando sostener la organización y la movilización se vuelve más importante que nunca.
Creo que en el 2023 vienen muchas tareas que como feministas no podemos delegar en otros. Las condiciones de vida en Chile se han deteriorado aceleradamente en estos años. El desempleo, la informalidad laboral, los bajos salarios, el no reconocimiento de los trabajos de cuidados, las pensiones de miseria y la inflación que impactan al conjunto de la población, golpean con más fuerza a las mujeres a quienes se les está haciendo pagar con nuestras vidas una crisis que no provocamos. La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado nos convoca a mirar nuestro presente desde la memoria y hacia el futuro, exigiendo entre otras cosas el fin de la impunidad. Tendrá lugar un nuevo proceso constitucional, cuyo carácter profundamente antidemocrático anuncia condiciones poco favorables para las fuerzas transformadoras. Al mismo tiempo, los sectores que han hecho de la misoginia y la negación de derechos de las mujeres y disidencias sexuales y de género tienen hoy amplia representación parlamentaria y comunicacional.
Todos estos elementos nos colocan en un presente muy desafiante en el que el feminismo no puede dar ni un paso atrás ni menos delegar la palabra, porque son nuestras vidas las que están en juego, nada más ni nada menos.