El miércoles recién pasado se oficializó el nombramiento del nuevo alcalde de la bicicleta -impulsado por la ONG Bycs- quedando en manos de David Gómez, activista que ha trabajado junto a organizaciones como Aguante Renca Bike y Revolución Ciclista.
Por Michelle Raposo
Fotos Myriam Salazar
Una anécdota que cuenta, es que en algún momento le tuvo rechazo a la bicicleta, “porque mi papá tuvo la mala idea de llevarme en el fierro de la bici y se me tiró un perro y se me metieron los pies a los rayos. Fue horrible”.
Con el tiempo eso sí, retomó la bici. “En el 2018 viví en el centro, y era rico salir, pero en 2019, con el estallido social, ahí ya no paré de tomar la bicicleta y anduve demasiado”.
Para darle un toque nuevo al traspaso de mando, anteriormente en manos de Cynthia Muñoz Escanilla, David quiere llevar la ceremonia a Renca, su comuna.
Esto, porque además de jugar de local, su idea es sacar la ceremonia de la embajada de los Países Bajos -que patrocina la iniciativa- y llevarla a las calles de Renca, una comuna que tiene la particularidad de haber formado la primera mesa de movilidad en la Región Metropolitana, con logros significativos y que sirven de referencia.
Son dos los ejes principales que David quiere sacar adelante. “El primero es trabajar con las mesas de movilidad de la Región Metropolitana, y que tengamos un encuentro de mesas donde podamos compartir la experiencia que ha tenido cada una en su territorio, y a la misma vez, unir fuerzas”.
Además, explica David, cada mesa avanza de forma diferente, según su realidad. Y junto a esto, muchas de estas “no son tomadas en cuenta porque dependen mucho de la voluntad política. Tiene una estructura de gobernabilidad en el tiempo que depende mucho del alcalde que está de turno. Eso es lo que yo quiero cambiar”.
El segundo eje está relacionado con fomentar la educación vial en las escuelas. “En Renca tenemos las escuelas abiertas. “Es súper bueno partir desde la base, desde la niñez, educando cómo es la convivencia vial. Porque en estricto rigor, yo siento que a un “viejo” no lo vamos a cambiar, ya sea que maneje un auto o una bicicleta. He tenido discusiones con gente adulta que maneja sin cascos, ni luces, ni nada de eso, y al final ellos vienen de una escuela súper antigua, donde tomaban la bicicleta para transportarse, pero antes no se exigían esas medidas que tenemos hoy”.
Otro elemento que quiere dejar como parte de su gestión, es la formación de embajadores de la bicicleta de cada comuna para comunicar sus necesidades.
“Creo que lo bueno que da la alcaldía es que yo puedo ir a los territorios. Entonces quiero darle ese peso para que las mesas sean tomadas en cuenta, que se colabore más con los municipios y que se trabaje en conjunto. No que sean mesas solamente para ir a avalar lo que se propone de un lado. Hoy por hoy se perdió mucho poder en ese sentido. Al final son mesas que avalan lo que dicen los municipios o el nuevo Gobierno Regional y finalmente no hay una colaboración entre las organizaciones. Es un trabajo que quiero cambiar en ese sentido”.
De la gestión anterior ¿hay algo que quisieras continuar?
No tengo muy claro cuáles fueron los ejes de la Cynthia, pero esta conversación la tuve con ella, y la quería apoyar y hay un trabajo que vamos a seguir haciendo con ella. Lo bueno es que yo logré un amplio respaldo de concejales de diferentes comunas, porque tuve que presentar unas cartas de respaldo, y cuento con el apoyo de Pudahuel, Cerro Navia, Maipú y Renca, que están dispuestos a trabajar. Ahí es donde nos tenemos que centrar para lograr buenos proyectos en cada comuna, en cada territorio.
¿Tienes pensado armar un equipo de trabajo?
Mira, creo que una de las cosas buenas que me respaldan, es que tengo la suerte de participar de Revolución Ciclista, donde sigo siendo un miembro activo, y los chiquillos están a la par también de trabajar esos ejes. Por eso quiero hacer la ceremonia en Renca. Es una forma de acercar la alcaldía a la gente, y así poder también atender lo que ellos esperan y poder trabajar juntos y ver cómo sacar proyectos adelante y conseguir los recursos.
¿Y cómo te tomaste la noticia cuando te dijeron lo de la alcaldía? ¿tranquilo-nervioso?
Uno dice ¡qué bacán! pero igual uno se pone nervioso porque la comunidad ciclista, en general, siempre espera mucho de las organizaciones, pero poco apoya. Y eso nos pasa en todos los movimientos. Hay poco trabajo en conjunto, entonces ahí es como el temor a que esto no se lleve a cabo e igual hay una presión de responder a la expectativa de la gente.
De hecho fue cuático, porque subí la publicación y recibí muchos mensajes de la gente dispuesta a ayudar, y eso igual me alivió un poco el dolor de guata que tenía antes de publicar, y mucha gente uniéndose, porque, bueno, creo que cachan de donde vengo, que es el movimiento social de abajo, que eso me juega un poco a favor.
¿Cómo ha sido tu participación en impulsar la bicicleta?
Vengo de una agrupación territorial, Aguante Renca Bike, que éramos unos poquitos, y pasé a Revolución, que eran cientos de ciclistas. Fue un cambio brutal, fuerte. De hecho es una responsabilidad potente, porque como te digo, la gente espera mucho de uno, pero no saben que todo es autogestión. Entonces depende mucho también de nuestra disponibilidad para lograr cosas.
Y ya cuando se mete el tema político es fuerte. Yo creo que mi teléfono estuvo intervenido. Porque Revolución es política. Hemos tenido varias querellas, nos han tratado de que somos fascistas, anarquistas.
Pero hay algo que siempre nos ha tenido contentos, y es que Revolución es transversal, y una revolución ciclista es algo que va más allá del gobierno de turno, sino que quiere lograr cosas para la sociedad.
Ha sido una buena escuela…
Sí, creo que varios deberíamos pasar por ahí. Yo siempre he dejado claro que no vamos a dejar de andar en la calle, y si tenemos que incomodar a la gente a sus casas, lo vamos a seguir haciendo, porque es donde ellos realmente “cocinan”. Ya vimos con Zalaquett, las cosas se terminan haciendo siempre en las casas. O sea, Revolución nunca se equivocó con su pensamiento, porque al final donde se hacen los acuerdos son en las casas de las personas.