Por Myriam Salazar
Hace un tiempo conocí a Oscar Urrutia –Doctor Bike- y su pasión por las bicicletas y las tuercas, en ese entonces dedicado a su taller mecánico de bicicletas a domicilio, iba donde le llamaran para reparar en la propia casa la bicicleta de algún cletero en apuros. Desde hace un par de años se sumó a un proyecto aún más noble Te Bicité un lugar en donde se respira la inclusión.
Te Bicité parte como proyecto el 2014 y depende de la Fundación Crescendo que apoya el desarrollo social de adultos con discapacidad intelectual. “Todos los años la fundación hace un recuento de los avances que han tenido los usuarios de la fundación; al mismo tiempo le presentan al personal técnico ideas de lo que quieren hacer con sus vidas y cuáles son sus sueños. Hace años muchos de ellos tenían el sueño de trabajar, así la fundación comenzó a analizar cuál sería el ambiente más propicio para satisfacer la mayor cantidad de necesidades de manera simultánea. Te Bicité tiene acá físicamente su centro de apoyo sicosocial, donde los usuarios vienen a desarrollar y fortalecer habilidades para la vida diaria, desde diferentes lugares de Santiago. Vienen personas externas al centro diurno y también tenemos residentes que están en otra casa, que es una casa comunidad finalmente, allá viven su día a día y vienen a trabajar al centro de apoyo sicosocial o al café, no todos trabajan en el café pero si todos participan del centro diurno” explica Oscar.
Buscando la manera de dar solución a varias necesidades nació la idea de montar una cafetería, “habían muchos que tenían la inquietud de participar atendiendo público, empezamos a darle forma al proyecto, postulamos a fondos que permitieron habilitar la cocina y también para realizar las capacitaciones, para traer a los profesores que le enseñaran a los chicos tanto servicio al cliente, gastronomía y mecánica básica de bicicletas. El período de capacitación duró un semestre y fueron pensadas en las cosas que se servirían acá, si serviríamos 5 tipos de dulces, la capacitación era exclusiva para eso, súper específica y acotada. Ahora si en el camino se nos ocurre algo más vamos a ensayarlo y practicarlo”.
El taller de bicicletas
Al igual que para desarrollar el café, se prepararon para dar el servicio de taller ciclista. Oscar es un ciclista y mecánico reconocido en el mundo del pedal y llega a trabajar en la fundación debido a que su esposa es la directora ejecutiva de la fundación “empezamos con la idea de juntar las dos pasiones, por un lado el ciclismo y por otro la vida de estas personas que están en situación de discapacidad intelectual. Hay muy pocas organizaciones que están fuera del Down, pero cuando por ejemplo hay un chico que tiene daño neurológico por un accidente no cabe en las organizaciones para personas con síndrome de Down ni en ningún lado, ahí es donde entra la Fundación Crescendo a trabajar con esas personas.
¿Cuándo entras a la Fundación?
Para la cicletada número 200 de Movimiento Furiosos Ciclistas fuimos con mi señora, ella vio a toda esa gente pedaleando unida y le hizo clic y dijimos aquí hay que juntar el ciclismo con la fundación, hay mucha energía y algo hay que hacer. Empezamos a darle vuelta y el enganche fue hacer una cafetería enfocada al público ciclista.
Todo lo han hecho juntos, el nombre a esta iniciativa se le ocurrió a Solange –su esposa- en un juego de palabras en relación a la bicicleta y el logo lo diseñó Oscar, “la carta que hicimos para que los usuarios pudieran desempeñarse mejor atendiendo a los clientes, también fue un esfuerzo colectivo”.
Oscar anteriormente junto con su pasión por las bicicletas trabajaba en una línea aérea y decidió dejar ese trabajo a cambio de levantar este proyecto” no estaba aburrido pero si sentía que tenía otras habilidades que necesitaba explotar. He desarrollado una en extremo que es la paciencia, soy una persona paciente pero aquí he tenido que duplicarla, porque los tiempos de los chicos son otros, trabajé toda mi vida contra reloj y acá no, son otros los protagonistas de la pega y hay que estar a los tiempos de ellos, hay que saber adaptarse a sus necesidades, que es lo que hacemos finalmente acá, adaptar”.
¿Qué significa para ti este proyecto?
Ha sido un cambio sustancial en la forma de ver el mundo y las cosas que me rodean, he agudizado el ojo en otros tipos de cosas, me he vuelto una persona más sensible en ese aspecto y me he vuelto menos tolerante con las personas que no toleran las diferentes situaciones que le ocurren a las personas en situación de discapacidad. Vivo la discapacidad de una manera súper personal, mi sobrino mayor tiene Asperger, pero para nosotros nunca fue tema. Pero cuando llegué acá me camiseteé más, sobre todo ahora mi bandera de lucha es la bicicleta, es ella quien me ha abierto más puertas que saber otro idioma. La comunidad ciclista se ha portado muy bien con nosotros, nos han ayudado mucho Furiosos Ciclistas, Macletas, Oh my bike, podría nombrar a muchos, todos han pasado por acá. Se han realizado varias actividades con ellos y estamos organizando otras más para este año.
Un mérito más de Te Bicité es que a los usuarios –personas con discapacidad intelectual que participan del proyecto- cuentan con un contrato y pago por sus labores.
“La bicicleta siempre ha estado presente en mi vida, la insertamos al proyecto porque Ñuñoa- donde se ubica Té Bicité- es una comuna súper ciclista y el tema está muy en boga así que vimos un nicho de ingreso. Ahora ¿cuál es el enganche para el ciclista?, que si vienes a consumir cualquier producto del café y vienes en tu bicicleta, los ajustes menores no tienen costo, revisamos el aire, el aceite, regulamos frenos y cambios sin costo adicional. Ahora si vienes solo al taller lo hacemos pero con otro costo”.
Oscar oficia como administrador del café y el taller mecánico y cuenta con un asistente “él es muy bueno para las matemáticas y la mecánica, resuelve muy rápido”.
La recepción del público ha sido muy buena “hemos fidelizado en cuanto a taller y comida. Tenemos unos amigos que siempre vienen los lunes después del trabajo y se comen toda la carta, me dejan las bicicletas y han pasado el dato. A la gente del barrio ya la conozco a toda, siempre llegan nuevos clientes. Apuntamos a ser un semillero de servicio de cafetería, parte de la pega de las terapeutas es buscarle trabajo a las personas que se capacitan con nosotros, tienen muchas herramientas para insertarse en la sociedad. Ser un ente formador de trabajadores, nos gustaría también sumar un par de mesitas en otro lugar y hacernos conocidos como marca y como escuela”, finaliza.