Por Myriam Salazar
Desde algún lugar en Santiago de Chile este inagotable ciudadano trabaja en reunir información clave que ayude a promover la autonomía energética humana y así proteger el planeta.
Daniel Andrade nació en Venezuela y vivió en Caracas hasta los 7 años “mis papás son chilenos, mi papá siempre quiso volver a Chile y que tuviéramos contacto con nuestros familiares, se dio la oportunidad y volvimos”.
Fanático de Mazinger Z y el Súper Agente Cobra pasaba sus días imaginando nuevas formas de crear junto a sus dos hermanos. “Cuando tenía 8 años y ya en Chile mi hermana menor tuvo un accidente –falleció hace unos años- se cayó en una piscina y a raíz de eso quedó en estado vegetal durante 14 años. Los doctores decían que iba a vivir muy poco. Con mi hermano compartíamos pieza y quedaba al frente de la de ella, la veíamos todos los días. Para mí el ejemplo de vida de ella es que cuando te dicen que te queda un año de vida y vives 14 años la enseñanza de ella al mundo es: las ganas de vivir, el instinto más natural de cualquier ser vivo, es cuando uno más se apega a la vida. Para nosotros es como un angelito”.
“Vivíamos al lado del Parque Intercomunal de La Reina, casi años 90. Tuve una infancia y adolescencia con un grupo de amigos gigante, pasábamos en la calle haciendo muchas cosas entre ellas andando en bicicleta. Siempre he sido deportista jugando fútbol, básquetbol, la bici, el skate. Éramos bien skater hasta que me caí feo y me quebré la mano. Vendí el skate”.
“Mi primera bicicleta la tuve en Venezuela, una cross roja con marcas amarillas y cuadraditos negros, primero aprendió mi hermano en ella y después él me enseñó a mí. La trajimos a Santiago, la usamos un tiempo más y después la vendimos. En Venezuela vivíamos en el séptimo piso de un edificio y andábamos en bicicleta en el estacionamiento. Recuerdo una bajada donde tomábamos vuelo, me tocó ir el 2016 a Venezuela y fui a ese edificio y esa bajada que yo consideraba gigante era muy pequeña, nos mirábamos con mi hermano y decíamos no puede ser jajaja”.
Al salir del colegio para comprar su primera bicicleta trabajó en varias cosas “vendía libros en San Diego, también vendía pescados y mariscos con un amigo que los traía desde Valdivia, con mi primer sueldo me compré una bicicleta, una Trekk que usé mucho y todavía la tengo”.
¿Cuándo tomaste más en serio la bicicleta?
Hay dos factores que me marcaron fuertemente. En el colegio me consideraba bueno para el futbol, pero no puede ir al entrenamiento donde se seleccionaba a los jugadores que competirían en un campeonato, quedé súper picado porque sentía que era bueno. Para demostrar más empecé a hacer más deporte, y así tomé paulatinamente la bicicleta como medio de transporte. El segundo factor fue un día que me quedé dormido y tenía que dar una prueba, el viaje a la universidad me tomaba una hora en micro, era imposible llegar a tiempo en micro. Agarré la bici y me demoré 15 minutos. Ahí entendí que podía ir a todos lados en bicicleta, de ahí no la solté nunca más.
Luego de estudiar ingeniería civil electrónica hizo un magíster en energía se compró una bicicleta plegable, “la idea era irme en bicicleta al trabajo y después tomar el metro hacia la universidad y hacer lo mismo de vuelta, entre trabajo y estudio me quedaba poco tiempo entonces aprovechaba el tiempo de traslado para pedalear”.
Pedaleo a Mendoza
“Fui con dos amigos lo hicimos en 3 días, salimos desde Los Andes a las 6 de la mañana y llegamos a las 6 de la tarde al lado argentino. Camino a Portillo empezó a llover fuerte, cuando llegamos a Portillo evaluamos si seguíamos o no, nos metimos a un galpón, almorzamos y secamos la ropa. Decidimos seguir, cruzamos el túnel y al otro lado estaba nevando, teníamos una reserva en un refugio, sólo quedaba bajar 2 kilómetros, pero no íbamos preparados para la nieve. Llegué con las manos entumidas. Luego llegamos a Uspallata y de ahí a Mendoza es un viaje muy lindo, lo disfruté demasiado”.
Energiaman
Terminado el magister postuló para integrar el Consejo de Sociedad Civil del Ministerio de Energía, dentro del consejo conoció gente con mucho potencial pero el grupo le faltó consolidarse y unirse. Como tenía muchas ganas de participar buscó de qué manera aportar “lo único que hacía era el ciclismo y pensé en algo relacionado a la bicicleta y la energía. Me contacté con algunas organizaciones como Bicicultura, ellos me contaron sobre la importancia de lograr el reconocimiento de la energía humana como energía renovable. Ese fue su primer contacto con las organizaciones ciclistas.
Al mismo tiempo se entera que se realizaría el Foro Mundial de la Bicicleta en Chile y lo invitan a participar. “Energiaman surge a partir de esa invitación, en el foro participé de la comisión de objetivos y estrategias y la de políticas públicas. Uno de los objetivos era lograr la autonomía humana a través de la propia energía cinética humana, como venía con este brackground la idea del personaje tomó más fuerza. Ya mis amigos me llamaban Playaman porque me gustaba mucho la playa. Pensando en darle más fuerza a este objetivo nació Energiaman, dándole una connotación de superhéroe para que tuviera mejor llegada con la gente, con un contenido detrás”.
¿Qué es lo que quiere lograr Energíaman?
Quiere inculcar una cultura de sustentabilidad energética, primero entendiendo que es la energía, que podemos generarla con nuestra propia musculatura. La bicicleta es el símbolo de Energiaman, porque su uso reduce gases de efecto invernadero. Bajarnos del auto o micro y utilizar nuestra propia fuerza para trasladarnos, en una mezcla de cultura y educación.
Daniel no se queda solo en pedalear, va más allá “lo lindo es que ahora con mi amigo Sebastián Claveria estamos haciendo un programa de radio “Energía Rebelde” que transmite Radio Infante 1415, va todos los jueves de 19 a 20 horas donde Energíaman también tiene su espacio donde cuenta sobre las novedades en Chile y el mundo sobre temas de energía.
Hace unos días Energiaman ha concluido una importante misión, participar del Foro Mundial de la Bicicleta México 2017, integrando el panel “Educación y promoción de la movilidad activa” donde además de hablar de energía presentó la Bicilicuadora. “Hubo bastante alegría y empatía de parte de los asistentes, lo bueno del foro es generar redes de trabajo y ver que se está haciendo en otros países. Como proyecto a futuro es realizar en Chile un taller de bicimáquinas/bicioficios para así lograr la autonomía ciudadana energética a través de la movilidad”.