Por Lukas Toledo
“Laviejacleta” es un taller ubicado en el barrio Almagro en Buenos Aires, el cual desde el 2011 se dedica a la confección y restauración de variados accesorios vintage para bicicletas. Francisco Abba es el creador, diseñador y restaurador en este proyecto. El equipo se termina de conformar con la inclusión de Fernando Bella y Oscar Decurguez, ambos participantes de la producción de los productos.
Francisco proviene de una familia estrechamente ligada a las artes y el diseño. Su padre es escultor, arquitecto y planificador urbano, su madre diseñadora de indumentaria y muebles, su hermana artesana y diseñadora de joyas, además de un hermano artista plástico. Claras influencias que marcaron el camino del emprendimiento de Francisco, sumado a su formación como “Técnico en Diseño de Artesanías Aplicadas a la Industria” y a su naturaleza ciclista ya que aprendió a andar en bicicleta con una Aurorita plegable rodado 14 a los 3 años.
¿Cuál ha sido tu experiencia como ciclista después de aprender tan pequeño?
-Tuve distintas bicis entre ellas Cross, mtb , playera y de carrera, pero a mis 14 años encontré una bici Raleigh de paseo de los años 70 toda desarmada que estaba olvidada en una baulera en mi casa. Me propuse como desafío reacondicionarla y ponerla a punto. Desde esos días no paré de usarla por 7 años. Esta experiencia con esta última bici fue increíble. Una bici de más de 30 años, con frenos a varilla, que andaba mejor que cualquiera de las otras con las que había andado y con su asiento original de cuero que hoy en día casi con 50 años se sigue usando.
Además uso la bicicleta casi como único trasporte en la vida diaria. Lo encuentro el medio más práctico para movilizarme en la Ciudad de Buenos Aires. En este momento estoy usando una Hispano France industria argentina de los 60. La cual me resulta muy cómoda para moverme.
¿Cómo se vive la bicicleta en Argentina?
-En la ciudad de Buenos Aires, en los últimos años se empezó a incluir urbanísticamente a la bicicleta, Creció considerablemente el flujo de bicicletas que recorren las calles porteñas. Las bicisendas, las políticas de difusión y el activismo ciclista tuvieron mucho que ver con esto. Falta mucho trabajo por hacer en infraestructura pero sobretodo en educación vial y legislación.
Los carriles ciclistas no son mantenidos ni repensados, muchos fueron trazados sobre las banquinas de las calles lo cual los hace muy peligrosos, no hay buenas señalizaciones, son el primer lugar a obstruir, pasan a ser una extensión de la vereda y lugar de descarga. Muchas veces los ciclistas terminan prefiriendo la circulación por otros carriles.
¿Cómo nace el proyecto?
Antes de comenzar con el proyecto de Laviejacleta LVC, pase por distintos trabajos en gastronomía, como administrativo y como pintor. Siempre con la idea latente de armar un proyecto independiente.
En el año 2011 decidí que tenía que encontrar un espacio para armar un taller en el cual poder reencontrarme con las actividades manuales. Junto a mi compañera nos mudamos a una casa en el barrio de Boedo donde tenía un ambiente más que destinamos para taller.
Empecé comprando algunas bicicletas antiguas las cuales restauré modestamente y en esa labor me encontré con que no me era fácil conseguir accesorios que puedan acompañar bien ese tipo de bicicletas o por lo menos no estaban a mi alcance.
Estaba uniendo mi amor por las bicicletas y mi pasión por el trabajo artesanal.
Ahí fue cuando en el 2012 empecé a hacer mis primeros puños de cuero para manubrios, sin quererlo estaba haciendo mi primer producto, el cual hoy en día sigo vendiendo. En paralelo comencé el aprendizaje autodidacta del moldeado de cuero para la restauración de asientos antiguos de bicicletas. Empecé a vender los puños por medios online y además de contactarme particulares, empezaron a comprarme restauradores de bicicletas. Ese fue un quiebre en el camino que iba a tomar mi emprendimiento. Cuando empecé a recorrer algunos de estos talleres de restauración y reacondicionamiento de bicicletas antiguas me quede maravillado. Ahí profundice la idea de diseñar y crear accesorios que acompañen a esas increíbles bicis que salían de esos pequeños talleres. Así nació Laviejacleta LVC.
¿Cómo se ha desarrollado la empresa desde su conformación?
-En estos años tuve el placer de compartir el trabajo con distintas personas que colaboraron con el proyecto, entre ellos Oscar Decurguez que está trabajando casi desde los comienzos con nosotros y no quiero dejar de nombrar a Leandro Bonini que estuvo varios años colaborando con nosotros. En el 2016 se logró mudar el taller a un espacio más grande. En el 2017 con la incorporación al equipo de Fernando Bella compañero de la escuela técnica y amigo, después un año de aprendizaje en lo referido al trabajo productivo del taller, logramos terminar de desarrollar productos nuevos que nos permitieron dar un gran salto.
¿Qué características han hecho que “Laviejacleta” lograra establecerse en el mercado?
-Bueno desde un inicio nuestros diseños han buscado revalorizar los aspectos clásicos de los productos para bicicleta e incorporarlos a la modernidad buscando su adaptación a los nuevos estilos y componentes.
En el taller recibimos viejos asientos y accesorios de bicicleta para restaurar, esto nos sirve de gran inspiración. Hacemos una retrospectiva con ellos y tratamos de tomar sus mejores cualidades para aplicar a nuestros productos.
Por otra parte continuamos diseñando nuevos productos e incorporando herramientas y conocimientos constantemente. También investigando para incorporar nuevos materiales. La gran parte del tiempo nos dedicamos a los procesos productivos. Tuvimos un crecimiento constante en estos 7 años y creemos que se dio en gran parte por priorizar la calidad de la producción por sobre todas las cosas. Nuestro marketing está basado en mostrar la realidad de un taller que produce de manera única y que eso se ve reflejado en las bicicletas que llevan nuestros asientos y accesorios. Estamos en el lugar donde queremos estar y estamos seguros que cada vez nos irá mejor gracias a tener objetivos concretos que sobretodo ponen foco en ese producto que cada día se termina en el taller.
Laviejacleta trabaja con dos líneas principales de productos. La primera para bicicletas de paseo, que consiste en asientos con resortes de amortiguación, espuma alta densidad, tapizados en cuero; puños de cuero moldeados y cosidos a mano; cartucheras porta-herramientas u objetos personales cosidas a mano. La segunda es la línea deportiva para bicicletas de carrera, media carrera y fixie que consiste en asientos tapizados en cuero natural grueso, relleno con espuma de alta densidad, zona prostática sin estructuras rígidas (solo espuma y cuero) y rieles de acero; cintas para manubrio en cuero con un tratamiento especial para generar un excelente grip, con cinta doble faz para su mejor adhesión en la colocación; tapones para manubrio torneados en madera con sistema ajustable de expansión interior para su sujeción. Manijas para alzar la bicicleta, la cual se ubica de manera estratégica para que esta labor se haga de manera más cómoda y segura; correas para punteras de cuero con cierre rápido y también alforjas y asientos con tapizados de edición limitada.
Aparte de estos productos se dedican a la restauración de asientos antiguos y el retapizado personalizado de cualquier asiento.
¿Cómo es el método de compra?
-En un principio comercializábamos los productos por plataformas online y por redes sociales (facebook e instagram). Hoy en día tenemos nuestra propia página web www.laviejacleta.com y en el año 2018 logramos que nuestro mayor caudal de ventas se dé por medio nuestra participación activa en redes sociales y redireccionamiento a nuestro sitio web. Nuestros productos también se venden en bicicleterias y talleres de todo el país.
Las redes sociales cumplieron un factor fundamental ya que nos permitieron cruzar fronteras rápidamente, hicimos envíos de nuestros productos a varios países de América y algunos otros de Europa.