Éstas son algunas de las directrices que Daniel Lanfranco, antropólogo sociocultural y conocido por su labor en la creación de Foco Migrante, quiere plasmar en su gestión como nuevo coordinador general del Colectivo Muévete. Les invitamos a leer la entrevista que le realizamos.
Por Daniela Suau Contreras
Fotos Myriam Salazar
El Fondo Comunitario de Bicicletas para Migrantes, más conocido como Foco Migrante, fue el emprendimiento por el que Daniel Lanfranco comenzó a ser reconocido como una voz en el movimiento ciclista chileno y latinoamericano, así como en diversos medios de comunicación que hicieron eco de la labor de esta organización. En 2016 se integró como un miembro activo del Colectivo Muévete.
Aunque de muy bajo perfil, su convicción, fortaleza y tenacidad han sido los principales sellos de la minuciosa labor que ha venido desarrollando por más de seis años, construyendo un equipo de personas que reciclan, reparan, restauran y distribuyen bicicletas a la población migrante de la Región Metropolitana.
Gracias al trabajo de la organización a la que dio vida, escalaron hacia el desarrollo de talleres de mecánica básica, introducción, pedaleo y educación vial, llegando a tratar temas de interculturalidad, género y movilidad, tanto para niños, niñas como para adultos.
Actualmente, tras las elecciones que el Colectivo Muévete realizó en el mes de marzo, asumió como nuevo coordinador general de la agrupación y decidimos conversar con él, para conocer el sello que desea imprimirle a su gestión.
¿Cuál es el principal trabajo que ha desarrollado el colectivo los últimos dos años?
Articular, saber manejar y componer una red de personas y organizaciones que están dispuestas a trabajar en pos de cambiar las ciudades en las que estamos viviendo, por lo menos la forma en que estamos habitando estas ciudades que están muy centradas en movilidades que no son sustentables ni sostenibles, al contrario, son dañinas para nuestra salud, tanto social como física y medioambiental.
Uno de los grandes trabajos y labores que ha logrado el colectivo ha sido aunar estas preocupaciones y articularlas detrás de un solo movimiento. La red que se ha formado por este colectivo, funciona no sólo para juntar fuerzas, sino para capacitar a las personas que están trabajando en estas instancias, ya sea desde el ámbito territorial o desde las políticas públicas, para tener una visión más integral de cómo realizar cambios efectivos en las ciudades, especialmente los que tienen que ver con ciudades más amigables y cuidadosas con las personas.
¿Qué obstáculos debieron sortear en los tiempos de pandemia?
Son los mismos que vivieron muchas personas en Chile, de hecho, la pandemia se suma a lo que ya veníamos viviendo con el estallido social. En ese sentido, para el colectivo fue muy importante cómo nos comenzamos a cuidar desde el estallido social, cómo salíamos a las calles, saber quiénes estaban saliendo a la calle y cuidándoos entre todes.
Esto hasta el contexto de pandemia, donde ya nos vimos enfrentados a un problema mayor que era que si nos enfermábamos cómo íbamos a obtener remedios, comida, etc. y nos cuidamos entre todes.
El principal obstáculo para nosotres como colectivo es que no nos podíamos juntar, no podíamos organizarnos de la manera que lo hacíamos. Lo sorteamos a través del cuidado interpersonal, dentro de las y los integrantes del colectivo.
Pese a la pandemia, esa fue una de las cosas más bonitas que hicimos, el cuidado entre nosotres afloró como una forma de resistencia frente a una pandemia global.
¿Cuáles fueron sus objetivos del último período?
Posicionar al Muévete como una voz política de la sociedad civil, frente al Estado y al gobierno, para presionar políticas públicas que promovieran la convivencia, el cuidado y el bienestar físico, social y medioambiental de nuestras ciudades.
Fue un objetivo difícil de lograr, a causa de un gobierno muy sordo, que se negaba a escuchar a su sociedad civil. Eso terminó de quedar muy claro a raíz del estallido social, cuando junto a la pandemia, emergieron contextos políticos nuevos, como el plebiscito, la Convención Constitucional y las elecciones; en ese contexto, nuestro objetivo fue apoyar este proceso histórico, político y social en el país, de todas las maneras posibles. Desde organizar cabildos locales, apoyar movilizaciones regionales y campañas políticas que tuvieran relación con temas de nuestro interés.
¿Sientes que han logrado posicionarse como una voz?
La voz de la directiva anterior, representada por Sandra Aguilera, fue muy potente, concisa y logró posicionarse con gran éxito en el mundo de la movilidad.
De hecho, que el colectivo haya perdurado por tantos años y que tenga continuidad a través de una nueva directiva, es un logro a esta posición. Siento que el colectivo se ha logrado posicionar como una voz a nivel político, social y mediático, sobre todo con medios como la Revista Pedalea.
¿Qué sello te gustaría darle a tu cargo?
Me gustaría descentralizar el cargo. A raíz del trabajo que hemos hecho en Foco Migrante, siempre he sentido que la mejor forma de trabajar este tipo de instancias es descentralizar, redistribuir y rotar los cargos, las responsabilidades, ya que de esa manera las personas pueden ir desarrollando y aprendiendo diferentes capacidades y habilidades.
En ese sentido, el sello que a mí me gustaría darle a este cargo de coordinador general, es facilitar la redistribución de responsabilidades y labores, para que todas las personas involucradas puedan ir aprendiendo sobre los diferentes cargos, capacidades y habilidades que se necesitan, para desempeñarse en comunicaciones, finanzas, convivencia y bienestar, políticas públicas o el trabajo de relaciones exteriores.
Me gustaría que el colectivo siga trabajando de una manera horizontal y transversalizar una mirada equitativa en todo el colectivo, para poder trabajar desde las relaciones más básicas entre las personas, hasta nuestras relaciones como colectivo hacia el gobierno u otras organizaciones. Una relación que tenga que ver con la equidad, la equidad de género, en particular, y la horizontalidad.
¿Qué objetivos quieres desarrollar en los próximos dos años?
Los estamos trabajando con el directorio, pero no es algo que tenga que decidir yo, sino que vamos a delinear en conjunto y luego pasaremos a la asamblea, para saber si representan los sentires del colectivo.
Me gustaría que los objetivos que delineáramos fueran básicos, plausibles y elementales, en cuanto a una estrategia coherente del colectivo. Esas son las características y la forma en la que me gustaría trabajar los objetivos, es decir, que los podamos lograr, no que nos pongamos demasiados objetivos, sino que sean dos o tres para cada comisión y que cada uno pueda sumar a nuestra estrategia y plan global de incidencia en las políticas públicas y recuperación del espacio público para la ciudadanía.
Objetivos a rasgos generales sería tener mejores ciudades, ciudades más amigables, reducir el espacio a los vehículos motorizados, apoyar políticas públicas que tengan una visión integral de la equidad y el género, apoyar el uso del transporte público y ojalá lograr una gratuidad en este medio, y cambiar algunos sistemas dentro de los diferentes tipos de transporte que tenemos a lo largo del país para contar con sistemas más sostenibles y sustentables. Lo que tenemos hoy en día no es amigable, ni con nuestro tejido social, ni con nuestro medio ambiente, ni con nuestra psicología individual.
Pensando en el nuevo gobierno, ¿sientes que pueden incidir mayormente considerando la sensibilidad con temas de movilidad?
Sí, siento que podemos incidir de mayor y de mejor manera. Creo que durante el gobierno anterior era muy difícil llegar a tener una conversación y que, de lograrlo, tuviera alguna vinculación con una política pública. Esa era una de las grandes dificultades.
Eran oídos sordos, personas que no querían escuchar, eran conversaciones que eran vistas desde una posición vertical, como si el gobierno estuviera sobre la sociedad civil.
Es importante que los mecanismos de participación social sean accesibles, transparentes y estén dispuestos a abrirse a diferentes movimientos y espacios de la sociedad civil. Cuando un gobierno está cerrado a eso, se hace muy difícil poder trabajar con él.
Con este nuevo gobierno yo siento que cambia esa forma de pensar, de que la sociedad civil es parte del movimiento que como país tenemos que hacer para generar cambios y esta nueva disponibilidad a escuchar y actuar frente a lo que se escucha, ya es un gran paso.
Obviamente del dicho al hecho hay gran trecho y vamos a ver si efectivamente esto pasa, pero precisamente para esto es que se articula y se organiza la sociedad civil, pensando no en el gobierno de turno, sino en las políticas públicas que queremos empujar.
Participación en la gestión pública
El colectivo cuenta con representación en los Consejos de la Sociedad Civil de la Subtrans y del Parque Metropolitano, y también están de manera activa en el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, así como en diversas mesas de movilidad comunales, lo que Daniel Lanfranco identifica como un gran aparato de incidencia pública que reconoce a la sociedad civil como personaje articulador.
Actualmente, cuentan con 34 personas en Muévete, en su mayoría de la Región Metropolitana, sin embargo, tienen representación de cinco regiones, además de la Metropolitana, se suman Valparaíso, Aysén, Los Ríos y Los Lagos.
El nuevo coordinador general reconoce que les falta la zona norte, lo que siente como una deuda y cuenta que es algo que están trabajando con la comisión de relaciones exteriores del colectivo: “Sabemos que es una gran tarea y ardua labor mantener comunicación entre diferentes regiones. Espero que en los próximos dos años podamos contar con la visión de la zona norte para poder articularnos como movimiento nacional”.