Por Laboratorio de Cambio Social
Todos los días las personas más vulnerables se juegan la vida en nuestras calles. Calles que han perdido su función social, de encuentro, de intercambio, de lugares humanos, naturales. Todo, para que las personas que tienen autos lleguen unos segundos antes, viajando a velocidades letales en zonas residenciales y comerciales, alrededor de escuelas y hospitales, en zonas rurales.
Solo un 40% de hogares de Santiago tienen auto, pero tod@s vivimos el riesgo permanente.
Todos los días pagamos con las vidas de nuestra gente más querida.
El 2016 fallecieron 1675 personas por siniestros (choques, atropellos) de tránsito versus 516 personas por homicidio, cifra que ha ido disminuyendo cada año. No pasa lo mismo con las personas discapacitadas gravemente o muertos en tráfico.
Sólo el día jueves 25 de enero del 2018, murieron 10 personas por siniestros viales (CONASET)
Chile es uno de los pocos países a nivel mundial que permite una velocidad por sobre los 50 km/h en automóviles en zonas urbanas. A nivel mundial se está abogando por reducir este tipo de muerte cero y en Chile estamos quedando muy atrás. Las campañas para reducir los accidentes en otros países son duras, pero reales. Ahora, a la nueva ley sólo queda ser aprobada por nuestros senadores.
Aquí mitos y verdades sobre la reducción de velocidad, los siniestros viales, y cómo evitar muertes y tragedias en nuestra vida diaria.
Mito Nº 1
“Reducir la velocidad en ciudad de 60 a 50 k/h aumentará los tiempos de viaje y los tacos serán peores” FALSO
En ciudad, los tiempos y las velocidades están determinados por la cantidad de vehículos y la interacción entre estos, por las distancias entre intersecciones y las detenciones (semáforos, disco pare, ceda el paso, reductores de velocidad, etc.) Poco importa acelerar hasta 60 K/H si el resultado será llegar a la cola del semáforo siguiente uno o dos vehículos antes que el que aceleró hasta 50 K/h. Si esto se repite una y otra vez, el resultado es un ahorro de tiempo muy marginal, de orden del 1 y 2 %, segundos y minutos que no valen más que la vida misma de otras personas.
Mito Nº 2
“Reducir la velocidad en ciudad de 60 a 50 K/h es inútil y ocioso porque con los tacos la velocidad promedio de las ciudades está bajo los 30 K/h” FALSO
Los periodos de punta mañana y tarde duran 5 horas en Santiago y menos en las capitales regionales. Los siniestros fatales, con fallecidos y lesionados de por vida se dan justamente FUERA de los horarios punta. En ciudades más pequeñas, con poca o sin congestión es posible circular a velocidades altas todo el día.
La organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la velocidad máxima no supere los 50 K/h en áreas urbanas por el mayor riesgo que significa para peatones y ciclistas. La población chilena se expone a altas velocidades la mayor parte del día y somos el país de la OCDE con la mayor tasa de víctimas de tránsito por habitante.
Mito Nº3
“Es inútil, hoy muy pocos respetan la máxima de 60 y nadie respetaría los 50”
FALSO
El 38 % de los automovilistas no respeta el límite máximo de velocidad, pero el 62% si lo hace, aunque no lo controlen. Para quienes no entiendan que cuando conducen a exceso de velocidad en un entorno rodeado de personas ponen en riesgo la vida de los demás, se precisa la fiscalización automática de la velocidad, no para servir como caja recaudadora, sino como elemento disuasivo, para lo cual debe estar bien señalizado.
Mito Nº 4
“Es ineficiente conducir a 50 K/h, reduciría el rendimiento de la bencina gastada por kilómetro recorrido” FALSO
En ciudad, para disminuir el consumo de combustible, lo esencial es mantener una velocidad más constante, lo que es más factible a una velocidad objetivo de 40 – 50 K/h, producto de los cambios de velocidad a que obligan las intersecciones y la interacción con otros vehículos. VERDADERO
El rendimiento de un vehículo depende por una parte de su motor, tamaño, y capacidad, y por otra de las características de circulación pues el consumo de combustible aumenta con las aceleraciones y frenadas.
Mito Nº5
“Es desproporcionado, el exceso de velocidad es causal directa de un muy bajo porcentaje de siniestros con desenlace fatal”
FALSO
La velocidad de los motorizados es el factor de riesgo más importante para las muertes por siniestros de tránsito. Tiene una incidencia en la tasa de muertes más grande que cualquier otro factor de riesgo. Una reducción del 10% en la velocidad promedio, por ej. De 60 a 54 K/h arrojó una disminución de entre 8 y 21% en el número de accidentes con heridos o muertos, y una disminución de entre 25 y 51% del número de atropello a peatones.
Mito Nº6
“Es innecesario, las nuevas tecnologías han perfeccionado los sistemas de frenado, y los vehículos son hoy ya mucho más seguros que hace 5 o 10 años»
FALSO
Sea cual sea la tecnología del vehículo, la distancia de frenado es mayor a mayor velocidad, por lo tanto, el riesgo de un atropello o colisión sigue siendo más alto a altas velocidades. Tanto la distancia de detención como la energía disipada en una colisión o choque es proporcional al cuadrado de la velocidad. Disminuir de 60 a 50 K/h disminuye en un cuarto la distancia de detención (-22 m) y en un 35% la energía del impacto. Esto quiere decir que, un peatón atropellado a 50 K/h fallece con una probabilidad de entre 50 y 80%, mientras que uno atropellado a 60K/h, fallece con una probabilidad entre 80 y 100%.
¡Edúcate y educa a tus senadores! Amigos, amigas, y familiares de todos nosotros sufren tragedias en la vía pública todos los días.
¡Aprobemos la nueva Ley de Convivencia Vial y la reducción de velocidad!
Esto documento fue preparado por Ximena Vásquez, periodista, y Dr. Lake Sagaris, planificadora urbana, del Laboratorio de Cambio Social, con aportes de Dr. Alejandro Tirachini, ingeniero de transporte, como parte de la campaña para salvar vidas, rebajando la velocidad, organizada por el Consejo de la Sociedad Civil del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, y miembros de una amplia red ciudadana de apoyo en esta campaña.