Por equipo Ñuñoando
Nuestra querida comuna de Ñuñoa es un territorio que, como gran parte de la ciudad de Santiago ha sufrido intensos cambios, muchos de ellos producto de lo que consideramos un desarrollo desequilibrado y carente de planificación. La población de la comuna creció más de un 25% en la última década y en la actualidad viven más de 208.000 personas (Censo 2017). Es así como Ñuñoa se volvió un importante polo de desarrollo inmobiliario y en menos de 20 años, proliferaron grandes construcciones en altura y numerosas automotoras, que resultaron en calles y avenidas congestionadas.
La comuna sigue cambiando y hoy la nueva línea tres de Metro, la implementación de bicicletas públicas, las demandas vecinales sobre movilidad sustentable y ciclo inclusión, la declaración de 6 zonas típicas desde 2007, entre otras, han comenzado a consolidar un nuevo paisaje urbano e interés ciudadano que da cuenta de la necesidad de cambios que hagan frente a las tensiones que este nuevo contexto genera en el territorio.
En medio de este panorama de frenéticas transformaciones urbanas y como una forma de definir nuestra identidad ciudadana, hemos acuñado el verbo “ñuñoar” como la acción de habitar nuestro entorno a escala humana. Esas acciones como comprar pan en el almacén de la esquina y conversar un rato con el dueño, llevar a tus hijos a las plazas que se distribuyen por el tramado de la comuna y que ofrece una experiencia única en cada una de sus encarnaciones, admirar su arquitectura histórica y sus espacios públicos. Comerse una empanada en la Fuente Suiza, ir al Estadio Nacional a ver un partido o escuchar un concierto, pasar el bajón en Los Pincheira, ir a las ferias libres como la que está cerca de Emilia Tellez y comprar con el casero que te conoce de hace tiempo. Todas esas acciones determinan el patrimonio intangible de nuestra comuna y nos hacen identificarnos con Ñuñoa.
Ñuñoa es una comuna diversa, es hogar, estudios, vida social y arte. Es espacio de juntas deportivas y celebración. Fácilmente uno puede hacer la vida completa dentro de la comuna, desde la infancia hasta la vejez. Es una de las comunas que tiene la suerte de tener una plaza central, “de armas”, un centro, lugar de encuentro, referente urbano. Eso nos hace sentir que vivimos en un territorio con personalidad, una pequeña ciudad dentro del gran Santiago. Y ese vínculo emocional con la comuna, ya sea como habitante, estudiante, trabajador y trabajadora, nos impulsa a hacer ciudad, que no es la infraestructura, es la posibilidad de sacar el mejor partido a la cercanía y conexión entre las personas que nuestro espacio nos brinda.
La comuna que queremos es una que trate amablemente a sus vecinos, que dialogue en términos de infraestructura vial con comunas vecinas como Providencia, que incentive los medios de transporte masivos y sustentables. Así como a su vez, le quite espacio y desincentive aquellos contaminantes, particulares y poco eficientes.
Soñamos una comuna que cuide concretamente a sus niños, niñas y adultos mayores. No protegiendo espacios, sino que ampliando los mismos a las personas y restándole a los motorizados. Soñamos también una Ñuñoa que genere espacios de encuentro, de intercambio que permita y proyecte el desarrollo humano como su norte. Es por eso que buscamos fomentar y defender si es necesario, el ritmo despacio, los espacios públicos, la posibilidad de moverse en un buen transporte público que converse adecuadamente con las bicicletas y las nuevas movilidades que comienzan a aparecer.
Queremos que hoy nuestros adultos mayores puedan seguir saliendo a sus plazas, caminar a comprar el pan y que luego nosotros también lo podamos hacer. En Ñuñoa queremos recuperar el saludo en la calle, los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches. Queremos hacer de la movilidad, la accesibilidad al beneficio urbano ñuñoíno y también el de las comunas vecinas, y de la permanencia en los espacios públicos, una mejor experiencia. En resumidas cuentas, buscamos promover la creación de espacios públicos de calidad donde las personas se puedan desarrollar de manera integral y alcanzar su máximo potencial para ser felices.
Quizás podríamos haber comenzado Ñuñoando con una conversación directa con la municipalidad, solicitando ciclovías, exigiendo mejores espacios públicos, etc. Pero en Ñuñoando creemos firmemente en otro modo de participación ciudadana. Uno que involucre a quienes ya llevan años trabajando por la comuna, a los barrios patrimoniales, a las organizaciones que buscan proteger el ecosistema, y más importante aún, a los vecinos y vecinas que tienen mucho que decir de la comuna que quieren y de lo que les gusta actualmente de la misma.
Para lo anterior hemos enfocado nuestros esfuerzos más allá de las redes sociales con intervenciones e instancias de participación comunal en distintos puntos de la misma, esto se suma al sello de realizar nuestras reuniones siempre en alguna plaza pública, percibiendo la atmósfera real de Ñuñoa, invitando a quienes deseen aportar desde su visión y género a una comuna más inclusiva y amable para todos.
Lo lindo de esta tarea es que no tiene fin, es un trabajo de mejora constante que sabemos que existe en el corazón ñuñoíno. Es por eso que nos dedicamos a soñar un nuevo paradigma de movilidad y un nuevo modo de hacer y vivir la ciudad. En Ñuñoando tenemos la convicción de que nuestras acciones pueden generar cambios positivos en la comunidad y ser un aporte a las luchas e inquietudes de otras organizaciones y esfuerzos que llevan años habitando este territorio que es barrio y viaje a la vez. Con esa convicción les invitamos a seguir nuestras caminatas, pedaleos, conversaciones e intervenciones…porque esto recién comienza y porque Ñuñoando, volverá.