Ciclista y creador de las bicicletas en miniatura Lobo Metal Bike
Video y Fotos: Natalia Espina López
Soy de Chépica, un pueblito de la sexta región. Mi primera bici fue una Caloi fórmula de color rojo, tenía el asiento alargado con respaldo en u y esos amortiguadores de goma que eran de adorno. Tenía 4 o 5 años y esta me fue heredada de mis primos mayores. Usaba esta bici principalmente para ir a visitar a mi abuela al campo. Me iba después de clase a jugar al campo y andaba con ella para todos lados.
Aprendí a andar en bici antes de tener la primera gracias a la ayuda de unos primos, sacaba la bici de mi papá que era de aro 26, como me quedaba super grande tenía que meter la pierna por entremedio del marco e impulsarme a medios pedaleos. Estuve 3 días probando, intentando, sacándome la cresta a porrazos hasta que logré dar con el equilibrio.
Lobo Metal Bike
Mi trabajo con las miniaturas parte el año 2005, cuando con 16 años entré a estudiar al Liceo Industrial en San Fernando, donde con lo aprendido en los estudios más los trabajos y después con la ayuda de los maestros soldadores, el año 2014 fabriqué mi primera miniatura. La hice con un fin personal, para motivarme para ahorrar y comprarme esa bici, y gracias a ese trabajo surgió la idea de realizar las réplicas a pedido.
A principios del año 2018 recibí mi primer encargo: una Treck Remedy, que es una bicicleta de montaña. Me demoré una semana en fabricarla y tenerla lista, después de mucha prueba y error. Después de eso todas las que vinieron posteriormente me sirvieron como escuela, cada bici que iba saliendo me iba entregando un conocimiento nuevo, tanto para los detalles como para las terminaciones. Ya van 200 trabajos realizados, la mayoría repartidos por Chile y también algunos por el mundo.
Mi bici cargo la hice hace 4 años con la ayuda de planos que conseguí en internet. Me ha traído muchos beneficios, incontables, sobre todo para mis hijos Aukan y Mailen de 3 y 7 años. Ellos son los más felices porque podemos salir a recorrer la ciudad, conversamos, escuchamos canciones, interactúan con las personas, con la calle. Entonces yo la recomiendo, ya sea una cargo o cualquier otro método con el cual incluir a los niños, para mí es súper importante, sobre todo, porque los hace partícipes del movimiento, generamos escuela desde chicos para que cuando sean grandes puedan ser independientes en su propia bici y ya sepan cómo movilizarse por la ciudad.
El mejor viaje que hice fue cuando conocí la ruta de los Siete Lagos el 2015, fui con mi bicicleta y mi carrito de arrastre donde llevaba la carpita y el saco de dormir. Estuvimos dos semanas recorriendo esos lugares espectaculares que tiene el sur de Chile.
Como anécdota puedo contar que llevé a Llacolen -la mamá de mis hijos- al hospital el día del parto, esto resultó gracias a que teníamos la cesárea programada, así que decidimos ir en bicicleta porque nos quedaba cerca y porque somos ciclistas, nos gusta la bici y que esté incluida en todos los quehaceres de la vida.
Recomiendo ir a todos lados en bicicleta, creo que lo más importante, más allá de dónde ir es ir en bici. Creo que por ahí va el tema, no importa el lugar sino ir en bici.
Los beneficios que me ha traído la bicicleta son casi nunca enfermarme, conocer gente, hacer amistades y una de las cosas más importantes es el buen vivir, evitando los tacos, no andar en el metro lleno de gente. La bici te saca de eso y te mantiene en un estado más sano de vida, creo que ese es el mayor beneficio que puedes tener con ella.
La recomiendo principalmente porque es un método de lucha ya que nos une, nos da alegría y principalmente esta depende de uno mismo. La bici no tiene límites, donde quieras ir te va a llevar, así que motívate, súbete a la bici, y pedalea, pedalea hasta donde puedas.
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