Por BiciRed Colombia
La bicicleta tiene tantos significados como ciclistas pedaleando; la bici en Colombia suele tener un nombre, un espacio especial solo para ella en casa, tiene siempre lo mejor y vive dentro de nuestro corazón. Esta máquina de felicidad nació en el XIX, en sus primeros años evolucionó y fue popular. Sin embargo, cuando la bici se estableció en su forma moderna, es decir el diseño basado en dos triángulos, también apareció el auto y los espacios para la bici se detuvieron, como esperando a que notásemos sus prestaciones y beneficios, no solo a la salud, sino a la sociedad y la economía, la bici es el vehículo del futuro, a pesar que su llegada fue hace ya tanto tiempo.
En la actualidad vemos cómo transitan en todas nuestras ciudades miles de autos y motocicletas, mientras que los ciclistas vamos ahí, pedaleando y cuestionando las formas de ocupar el espacio y de movernos, pensando que además del transporte, la recreación y el deporte, debemos incluir en la cotidianidad el activismo ciclista. Un activismo basado en una participación política y ciudadana, que busque la inclusión, la seguridad y la convivencia vial, promueva nuevas economías resilientes, crear y forjar lazos de fraternidad y solidaridad, tejer red.
Susan D. Anthony, consideraba que la bicicleta era el objeto que más había contribuido a la emancipación de la mujer, en la primera infancia también hace sentir a los pequeños la sensación de libertad; la bicicleta ahora es un objeto que nos invita a apropiarnos de otros derechos, como el «derecho a la movilidad básica», que se refiere al derecho inherente que tenemos los ciudadanos de movilizarnos a lo largo y ancho de nuestras ciudades, en aras de satisfacer nuestras necesidades laborales, familiares y sociales al más bajo costo posible, lo que todos los ciclistas deseamos, movilizarnos de manera digna, rápida cómoda y segura.
En una democracia y Estado de derecho, todos somos seres sujetos de derechos y por ser ciudadanos de nuestra nación somos iguales, sin embargo, en la vía, no; los vehículos se han consolidado como artículos que significan prosperidad y éxito. Eso en sociedades como la nuestra, en donde nuestras generaciones anteriores labraban la tierra y la modernidad urbana y sus artefactos se planteaban como significados de estatus afectó el sistema de valores que permeó la planificación de la ciudad y la manera en la que vemos y tratamos a los demás usuarios de la vía.
En muchos colectivos se habla y se tienen como consignas en camisetas, placas, calcas y otros, frases como estas: “El auto es tuyo, la vía es de todos” “Comparte la vía” “Aquí va una vida” “En casa me esperan” todo esto para hacer visible algo que debería ser normal, primero, el derecho a la vida y segundo el derecho a transitar por la vía, en lugar de ello, los ciclistas debemos abrirnos el camino pedaleando, apropiarnos del espacio y necesitamos que se adecue el tráfico a nuestro transito.
En la Ley 1811 de 2016 de Colombia, en su artículo 14, donde se modifica el artículo 63 de la Ley 769 de 2002 Código Nacional de Tránsito (CNT) el cual se estableció así: “Los conductores de vehículos deberán respetar los derechos e integridad de los peatones y ciclistas, dándoles prelación en la vía”, además, desde el Ministerio de Transporte se ha trabajado en la construcción de una Estrategia Nacional de Movilidad Activa (ENMA) según el CONPES[1] 3991 de 2020, donde participó la ciudadanía, asimismo, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) publicó recientemente una Guía de protección al ciclista. En el papel, tenemos derecho a la vía, una ley que apoya el tránsito seguro por ella y políticas públicas que suman. Pero ¿Es nuestra realidad?
Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial (ONSV)[2] en lo corrido de este año, se registraron de manera preliminar 2178 muertes en las vías, los ciclistas representamos el 6.89%, para un total de 150 personas que murieron por transitar en vías nacionales en su bicicleta, en comparación con los datos del año anterior se han reportado 38 personas más.
Hace falta que el gobierno y los jefes de cartera del sector comuniquen de manera pública y explícita su posición ante los hechos de violencia vial, ya que deja mucho que desear las afirmaciones de la Ministra de Transporte Angela María Orozco quien entregó un mensaje erróneo a los demás actores viales sobre la vida de los ciclistas y peatones, cuando públicamente el 28 de marzo de 2021 en Barranquilla dijo: «el ciclista no tiene derecho prioritario de la vía ni el peatón sobre los demás«, en definitiva, no tenemos garantías. Si la Ministra de Transporte no reconoce a los ciclistas como uno de los actores más vulnerables ¿Qué nos esperaría en la vía?
Es imperativo que los gobiernos locales y nacional, no solo repudien públicamente actos donde se pierden vidas en la vía, sino también que se respete la vida de peatones y ciclistas. Nosotros los ciclistas nos tomamos las vías a diario, a nuestro paso, solos, a veces en masa, a veces con el dolor de la despedida de nuestros amigos, otras veces con la felicidad de rodar al lado de quienes consideramos familia, otras solo porque viajamos, nos ejercitamos, nos movemos, somos también tráfico, y aunque corremos el riesgo de no regresar a casa, pedaleamos, porque la vía es de todos y queremos pedalear sin morir en ella.
[1] Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES)
[2] Observatorio Nacional de Seguridad Vial https://ansv.gov.co/es/observatorio/estad%C3%ADsticas/cifras-ano-en-curso